Anoche, luego de una jornada cruzada por las manifestaciones y la represión de la policía y la Gendarmería, El Gobierno tuvo que volver a suspender la sesión. Los gobernadores, montados en la resistencia que se desarrolló en las afueras del Congreso tratan de negociar en mejores condiciones coparticipaciones de impuestos para sus provincias. Milei les responde que primero voten la Ley Ómnibus en general y luego hablarán de los detalles, pero los mandatarios provinciales no confían en la palabra del Presidente y buscan algún reaseguro.
Además, hay discusiones en la extensión de las llamadas facultades delegadas. Recordemos que estas facultades, son súper poderes para que Javier Milei pueda decidir sobre diferentes aspectos de la coyuntura, sin pasar por el Congreso. El punto de polémica actual reside en la denominación amplia de cada facultad. Por ejemplo, la facultad económica, podría abarcar temas fiscales, previsionales, financieros y tantos otros más. Es decir, los gobernadores se pueden poner de acuerdo en la coparticipación a sus provincias, los diputados de la oposición dialoguista pueden llegar a un acuerdo en la fórmula jubilatoria o pueden acordar la cantidad de compañías estatales para privatizar y si Milei asume la facultad económica podría tener la posibilidad de revertir todos estos acuerdos y avanzar con las medidas que quiera en materia económica sin pasar por el Congreso. Esto haría completamente inútil toda la negociación previa.
La represión avanza, la manifestación no se detiene
La jornada represiva del jueves fue cualitativamente mayor que la del miércoles. En el primer día de sesión se notaba que el Gobierno buscó una represión intermedia. Es decir, por un lado no quiso desalojar violentamente la Plaza Congreso de una vez, por temor a una reacción popular que masifique la convocatoria a la noche como sucedió el 18 de diciembre del 2017 en la concentración por la Reforma Previsional. Por otro lado, no quería dejar que las diferentes asambleas lleguen a la Plaza y se reúnan con el resto de los manifestantes. Partiendo de estas dos determinaciones, buscó reprimir constantemente con baja intensidad para tratar de desalentar la participación popular, algo que de todas maneras no logró.
#Congreso | La policía detiene y se lleva a un manifestante que protestaba en la vereda tal como pedía la ministra Patricia Bullrich con su protocolo. pic.twitter.com/tL3Kq9oiib
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En el caso del jueves, la represión fue mucho más salvaje. El gobierno disparó balas de goma directamente a los manifestantes, repartió palazos y agredió a jubilados que se encontraban en la vereda manifestándose pacíficamente. En este punto, el objetivo en un momento fue erradicar toda manifestación frente al Congreso. Evidentemente ambos días el Gobierno no logró su cometido y este viernes 2 de febrero en el tercer día de discusión en el Congreso, se generaron nuevas convocatorias en frente del palacio legislativo.
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La CGT debe convocar
Estas jornadas de lucha fueron garantizadas únicamente por la izquierda y las asambleas barriales. Es necesario que quienes dirigen al movimiento obrero organizado, como lo son las cúpulas de la CGT convoquen a una movilización enfrente del Congreso para que esta ley caiga. Fue de esta manera que se logró frenar la reforma laboral durante el macrismo y que se sentenció el principio del fin de su gobierno, el 14 y 18 de diciembre, en la marcha contra la reforma previsional.
Entre las primeras horas del mediodía se congregan las organizaciones de izquierda y más entrada la tarde comenzarán a llegar las asambleas barriales. La jornada de hoy promete ser otra batalla política por la Plaza Congreso.