More

    Nietzsche, el FMI y el eterno retorno argentino

    ¿Qué pasaría si un demonio te dijera que tendrás que vivir tu vida una y otra vez, exactamente igual, por toda la eternidad? ¿Cómo reaccionarías? 

    Argentina parece haber caído presa de este demonio que utiliza Nietzsche para explicar su concepto de eterno retorno. Un demonio económico que, con algunos matices, nos hace repetir el mismo loop desquiciante: no generamos los dólares necesarios, subimos tasas de interés para atraer dólares de los grupos de especulación financiera. Luego, cuando se hizo el negocio, se quieren ir, no nos alcanza para pagarles, recurrimos al FMI. Pasamos privaciones, nos dicen que gastamos mucho en salud, jubilaciones y educación. Pasamos más privaciones. El FMI desembolsa plata, les pagamos a los especuladores, se van, y a nosotros nos quedan las deudas y el ajuste.

    El filósofo alemán desarrolló este concepto en clave ética. La idea es vivir la vida como si cada momento se fuese a repetir eternamente. Una suerte de carpe diem más sofisticado. Bueno, yo no quiero que esta calesita infernal se repita eternamente en Argentina. Por favor, no.

    ¿Por qué esta vez no es distinta?

    El gobierno de Javier Milei insiste en que este acuerdo, el vigésimo tercero con el Fondo, es distinto porque, a diferencia de otras veces, esta vez no hay que solucionar una situación de déficit fiscal. Es decir, el ajuste ya está hecho. Argentina no gasta más de lo que recauda. Además, Argentina dejó de emitir. Es decir, se resolvió el gran problema de “la decadencia de nuestra historia”, en términos libertarios.

    Entonces, si te va tan bien, ¿por qué pedís plata? El gobierno pidió un nuevo préstamo con el Fondo porque se estaban vaciando las reservas del Banco Central, y las reservas estaban desapareciendo porque los especuladores financieros se estaban llevando el dinero que hicieron con nuestros altos intereses.

    Es decir, Milei pasó la motosierra por las jubilaciones, salud, educación, obra pública y el Estado. Dejó de emitir, la inflación volvió a subir y, además, volvimos a endeudarnos con el Fondo. Evidentemente, el problema no era solo el déficit fiscal. Es que, claro, el déficit es solo un síntoma de otro problema mayor.

    Niño, deja ya de joder con lo del Fondo.
    Niño, deja ya de joder con lo del Fondo.

    Frente al problema fiscal, se pueden tener dos enfoques: “No podés gastar más de lo que recaudás”, como dicen los libertarios, o “no podés generar menos de lo que necesitás”, como podría pensar cualquier persona común que batalla día a día para mantener a su familia.

    Si, como le pasa a la aplastante mayoría del pueblo argentino, la plata no te alcanza, podés empezar a ajustarte. Pero también podés buscar un trabajo en el que te paguen más, podés hacer un curso para conseguir que tu fuerza de trabajo esté más especializada y conseguir mejores salarios o, inclusive, como lamentablemente hemos hecho muchos periodistas: trabajar más horas.

    Es decir, buscar que el ingreso de dinero sea más alto que el egreso. ¿Cómo se traduce esto a un país? Desarrollo industrial, innovación tecnológica, aprovechamiento de los recursos naturales y tantas otras cosas. En este último punto, todo indica que faltan algunos años para que el gas de Vaca Muerta y el litio terminen de explotar. Sin embargo, todavía no discutimos cuánto de esos dólares van a quedar en el país y cuáles son las condiciones para que las multinacionales no se lleven todo.

    ¿Cómo aprovechamos nuestros recursos naturales para salir del eterno retorno de la falta de dólares? La gran pregunta no respondida.
    ¿Cómo aprovechamos nuestros recursos naturales para salir del eterno retorno de la falta de dólares? La gran pregunta no respondida.

    Mientras no pensemos en esas cosas, es más de lo mismo. Es el eterno retorno de Nietzsche, una y otra vez. Es el demonio haciendo girar la repetida calesita de nuestra historia.

    Por eso no quiero discutir si al gobierno la plata le va a alcanzar hasta las elecciones o no. Ya vivimos un menemismo que solventó un tipo de cambio uno a uno gracias al endeudamiento, y duró diez años. En esa década, muchos intentaban adivinar cuándo iba a explotar ese esquema. No se trata de ser un astrólogo político y jugar al prode con la economía del país. Esta película es repetida y sabemos que es insostenible. La cuestión no es saber cuándo explota, es tratar de dilucidar si puede haber algún tipo de plan económico que innove por fuera de esta repetición demoníaca.

     

     

    Llegaste hasta acá porque te importa...

    Antes que nada, gracias por leer, compartir y ser parte de la comunidad de Resistencia Online. Ahora vamos al grano: necesitamos tu apoyo para seguir adelante.

    Nuestro medio se financia exclusivamente con las suscripciones voluntarias de lectores como vos. Con un pequeño aporte mensual, nos ayudas a seguir informando, resistiendo y construyendo un espacio independiente.

    🔥 Suscribiéndote, recibís gratis nuestra edición impresa, un newsletter semanal y acceso a beneficios exclusivos.

    ✍️ Además, como suscriptor, podés enviarnos tus artículos para que los publiquemos en: redaccion@resistenciaonline.com

    💪 Sumate hoy y colaborá con la resistencia. ¡Tu apoyo hace la diferencia!

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    ¡Sumate a colaborar!

    Sin apoyo, no hay resistencia. 💪 Nuestra lucha sigue gracias a lectores como vos. 📩 Sumate y accedé a beneficios exclusivos.

    Últimas publicaciones

    ARTÍCULOS RECOMENDADOS