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    El ajedrez en Cancillería y la estrategia comercial de Javier Milei

    La no-diplomacia de Javier Milei en términos de política exterior se traza en paralelo a una crisis en Cancillería que no termina de florecer, pero que sí se expresa en cada exabrupto del presidente. El alineamiento del Gobierno, principalmente con Israel y Estados Unidos, resuena en todos los socios comerciales de Argentina, a los que incluso ha caracterizado en reiteradas oportunidades como unos “comunistas de mierda”.

    Para Julián Aguirre, politólogo especialista en Medio Oriente, esto se debe a que “existe hoy en día un doble comando en la diplomacia argentina. Cancillería se maneja respetando ciertas formas, ciertos intereses y cierto guion, y por el otro lado, la Presidencia demuestra tener una agenda por completo propia. Eso impacta en las relaciones y en la imagen de Argentina con estos países, como con cualquier otro”.

    Más allá de los cruces en redes sociales y en discursos entre mandatarios, los movimientos casi ajedrecistas puertas adentro de la propia cartera de Relaciones Exteriores marcan roces con su titular, Diana Mondino. A través del DNU 511/2024 que modifica directamente la Ley de Ministerios, Milei por “razones de gestión”, trasladó la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones y Comercio Internacional a la órbita de Karina Milei. Esto se da en sintonía con una reestructuración del gabinete de ministros en pos de fortalecer la Secretaría de la Presidencia –como, por ejemplo, la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete-.

    Karina y Javier Milei. Imagen: Letra P.
    Karina y Javier Milei. Imagen: Letra P.

    Esta fundación tiene un rol crucial en materia comercial. Es la encargada de promover y facilitar las exportaciones argentinas, así como fomentar la atracción de inversiones extranjeras directas hacia el país. Actúa como un organismo dedicado a fortalecer la presencia de productos nacionales en mercados internacionales y a mejorar la competitividad de las empresas.

    Al decreto 511, le siguió el 512 que a su vez modifica otro decreto perteneciente a la gestión de Alberto Fernández, el 50/2019, e impacta directamente en la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales y debilita aún más la gestión de Mondino y de su segundo, Marcelo Cima: “Entender en las acciones de promoción del comercio de bienes y servicios argentinos en el exterior, así como en la promoción de inversiones en la República Argentina, elaborando las instrucciones y las directivas para las Representaciones Diplomáticas y Consulares de la República Argentina y delegaciones oficiales en los aspectos de su competencia, de conformidad con los lineamientos de la Secretaría”.

    Hace unos días, el medio La Política Online publicó: “Diana Mondino baraja un movimiento de piezas dentro de la Cancillería para evitar la colonización de Karina Milei”, haciendo referencia a un posible regreso de Fernando Brun, ex responsable de Relaciones Internacionales en la Secretaría de Asuntos Estratégicos al país, del cual “la ministra ‘se enamoró’ en un viaje a Alemania y desde entonces lo quiere cerca de la gestión”.

    Pero toda esta rosca no es tan fácil ni superficial como suena. El alineamiento en cuestiones ideológicas pesa mucho para los hermanos Milei y dejar carteras comerciales en sus manos puede convertirse en una situación delicada. Esto sumado al llamamiento de capitales extranjeros desconocidos a que blanqueen plata en el país, aunque no haya sido generada aquí, a través de la sanción de la Ley Bases y el RIGI.

    En este sentido, Julián Aguirre explica: “La sobreideologización permea en la conducción del Estado de una manera que está rompiendo cosas que se habían logrado por años. Algunos, llamémosle consensos. Aunque la palabra consenso es muy cuestionable, son consensos que supieron dirigir u orientar la manera en la que Argentina se relacionaba con el mundo. Todo eso en pos de un alineamiento automático con un colectivo imaginado. No cuando muchas veces se invoca esta idea de que Argentina tiene que proceder de una manera en particular porque es parte de Occidente, lo cual es absurdo, anteponer una identidad imaginada a los intereses nacionales, incluso donde se anteponen los intereses de otros países sobre los propios intereses nacionales”.

    Tampoco pasa desapercibido el faltazo de Javier Milei a la reunión con los líderes de la Liga Árabe. Esto se había dado a raíz de la presencia de Riyad Alhalabi, embajador de Palestina en Argentina. La organización, que engloba 22 países árabes, dirigió un duro comunicado contra la administración oficialista: “refleja una actitud hostil e injustificada, no sólo hacia el Estado de Palestina, sino también hacia el Grupo Árabe, y lamenta que una actitud tan poco diplomática e inaceptable haya sido adoptada por el Presidente de un país por el que los árabes sienten un gran respeto”. Y aclararon que ya estaban confirmados todos los asistentes a dicha reunión con Cancillería. En ese mismo comunicado, también instaron al Gobierno a rever su postura sobre Palestina: “descaradamente sesgada hacia la ocupación y en el lado equivocado de la historia, por preocupación por las relaciones de larga data con el mundo árabe y los intereses políticos y económicos mutuos entre ambas partes”.

    Mapa de países que integran la Liga Árabe. Imagen: lormaster.
    Mapa de países que integran la Liga Árabe. Imagen: lormaster.

    Cabe destacar que, desde 2010, Argentina reconoce a Palestina como como un Estado libre e independiente “dentro de las fronteras existentes en 1967 y de acuerdo a lo que las partes determinen en el transcurso del proceso de negociación”. Y que tampoco es la primera vez que la Liga Árabe hace un llamado de atención, teniendo en cuenta esto mismo, al Gobierno de Milei, cuando planteó a principios de año mudar la embajada argentina a Jerusalén: “la medida, si se llevada a cabo, constituiría una violación flagrante del derecho internacional”.

    Resistencia Online: ¿Cómo caracterizarías el incidente con la Liga Árabe respecto de los aspectos comerciales del país?

    Julián Aguirre: Tenía un tono de advertencia y de seguir con cautela. Creo que, aunque no tenga una repercusión inmediata en términos comerciales, porque convengamos que en el comercio interactúan una serie de actores que van más allá de los estados propiamente dichos, donde el interés económico muchas veces desconoce o trata de pasar por alto estos exabruptos diplomáticos y políticos. De hecho, me detengo aquí porque, como bien decías, la relación de Argentina con la vasta mayoría de los países árabes, nucleados en la Liga Árabe, ha sido por lo general una relación cordial y de cooperación sostenida a lo largo de los años, independientemente del color político de los gobiernos. Ahí hay algo a seguir en los próximos meses o durante la duración del Gobierno actual, ya que, independientemente de la fuerza política que gobierne, ya sea la UCR durante el periodo de Alfonsín, el peronismo en sus distintas expresiones durante el menemismo y durante los gobiernos oficialistas, o incluso durante el Gobierno de Mauricio Macri, siempre hubo una apuesta por tratar de mantener cierta equidistancia política en beneficio de las relaciones económicas.

    Si bien los Estados árabes pueden que en términos de volumen no representen socios comerciales o financieros del peso que pueden tener otros grandes actores como China o Brasil, por mencionar los dos nombres que más resuenan al momento de pensar en la relación de Argentina con el exterior en materia económica, así como podemos pensar en Estados Unidos, la Unión Europea o India, sí han sido socios que han mantenido un interés y un potencial para el despliegue de la economía argentina en el exterior. Digo potencial porque eso quizás es lo que está más en juego hoy en día o más en riesgo. Si estos gestos y demostraciones que ha hecho el Presidente, lejos de ser revisados, marcan una tendencia a seguir, son importantes en términos de importadores netos de alimentos, ya que los países árabes son un destino muy importante para los productos agropecuarios, y eso es de sumo interés para muchas economías provinciales. Además, los países del Golfo, con los fondos para el desarrollo que manejan enormes cantidades de capitales, han tomado un especial interés por nuestro país y por algunas economías regionales en los últimos 10 a 15 años.

    -Pero los capitales árabes si tienen peso en el país y en las provincias.

    -Hoy, Córdoba, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, entre otras provincias, son importantes destinos de proyectos de cooperación y de financiamiento, donde los capitales árabes tienen mucho que jugar, incluso para la finalización del gasoducto Néstor Kirchner. Las gestiones con Arabia Saudita para facilitar el ingreso de fondos del Fondo Saudí para el Desarrollo fueron importantes, ni más ni menos que el año pasado, cuando Argentina se encontraba en una situación bastante delicada. Llegado el momento de cancelar los primeros pagos del préstamo con el FMI, un acuerdo con Qatar permitió a Argentina acceder a los dólares necesarios para no perjudicar las reservas del Banco Central. Digo esto como algunos ejemplos, quizás los más resonantes de los últimos años, donde de golpe estos países, que quizás en el día a día no están tan presentes al momento de pensar la política exterior argentina, resultan socios interesantes. Muchas veces, los posicionamientos políticos se hacen a un lado en pos del interés mutuo que pueda haber a nivel comercial o financiero. Todo eso, ese potencial, esas posibilidades para el país, se ponen en riesgo cuando tienes un Gobierno que pone por delante cuestiones ideológicas e identitarias por encima del interés nacional. Hay un riesgo importante.

    Javier Milei junto a su par israelí, Isaac Herzog. Imagen: MENAHEM KAHANA - AFP.
    Javier Milei junto a su par israelí, Isaac Herzog. Imagen: MENAHEM KAHANA – AFP.

    -Podría decirse, entonces, que Argentina tiene una política paralela al resto del mundo, que no termina de coincidir completamente con ningún otro Gobierno.

    -Hoy en día se está viendo como países que tienen gobiernos de izquierda, que se encuentran en sintonía con la cosmovisión del mundo que tiene el actual Gobierno, han expresado críticas, llaman a Israel a acatar un cese al fuego, han respaldado los posicionamientos de la Corte Internacional de Justicia o, al menos, por limitadas que sean, han hecho pedidos de respeto por el derecho internacional, donde de golpe encontramos una Argentina que supo caracterizar su política exterior con el respeto por los derechos humanos como un principio fundamental. Este fuera de tono. De esa manera, Argentina pareciera que está corriendo por un carril diferente al de países como Estados Unidos. Es sabido que, por los muchos matices que uno pueda plantear con respecto al posicionamiento y la forma de proceder de Estados Unidos con respecto al conflicto de Medio Oriente, hoy en día hay gestiones, presiones, intentos por trabar canales de diálogo de parte de Estados Unidos para llevar una resolución de la situación en Gaza y en los territorios palestinos.

    Donde posicionamientos como el argentino quedan fuera de lugar, el plegarse incondicionalmente, intransigentemente, asumiendo partido por solo una de las partes en conflicto, pone a Argentina en una situación que no obedece siquiera a las normas y reglas que rigen en la comunidad internacional. Y eso se expresa incluso algunas veces, sorprendentemente, en las posturas y votaciones que ha adoptado Argentina últimamente en la Asamblea General de Naciones Unidas y en otras instancias de Naciones Unidas con respecto al tema de Palestina e Israel. Antes de la reunión con la Liga Árabe, también hubo otra sincronización entre Presidencia y Cancillería, porque Cancillería firmó o adhirió una declaración que contaba con el respaldo de Estados Unidos, España y otros estados europeos en los que se llamaba a un cese al fuego inmediato en Gaza. Entonces, ahí tienes que de pronto Argentina va dando su imagen internacional cuando supo ser un país que siempre hacia el respeto por los derechos humanos, la resolución diplomática y negociada de los conflictos. Un principio que regía en su política exterior y su manera de interactuar con el mundo, ¿no? Entonces se está quebrando con la equidistancia, se está quebrando con la neutralidad activa, se está quebrando con el principio de respeto a los derechos humanos y, en lugar de eso, se adopta una visión completamente ideologizada que no concuerda siquiera con la manera en la que se procede en la diplomacia a nivel internacional y que, nuevamente, puede poner en entredicho la relación argentina no solamente con países que quizás uno puede entender que no estén en la lista de los preferidos desde el actual Gobierno, sino con muchos otros.

    Diana Mondino reunida con embajadores árabes. Imagen: Cancillería.
    Diana Mondino reunida con embajadores árabes. Imagen: Cancillería.

    -¿Cómo puede esto repercutir en las relaciones diplomáticas?

    -Cuando te revelas como un actor volátil, intransigente, con retórica encendida que no obedece a las formas que ha de seguir la política internacional, donde muchas veces la mesura hace al diálogo entre países, eso puede repercutir a mediano plazo en costos para el propio país. Nuevamente, en ir rompiendo con la credibilidad de Argentina como un interlocutor responsable. Esto lo hablo en términos propios del mundillo de la diplomacia, pero ahí hay un costo importante para Argentina que puede tener repercusiones tanto el día de mañana cuando quieras acceder o facilitar el ingreso a mercados o el acceso a capitales o a posibles proyectos de cooperación, como puede tener otras repercusiones para el país. Por ejemplo, en la reunión del Comité de Descolonización de Naciones Unidas, comité que trata, entre otras cosas, los procesos de descolonización en varios territorios del mundo, entre los cuales se encuentran las Islas Malvinas. Entre los miembros permanentes de este comité hay varios países árabes, además de otros como China y Rusia.

    Entonces, cuando a través de declaraciones e intervenciones públicas de funcionarios y tu participación en algunas instancias internacionales, vas poco a poco desarmando tu credibilidad y alienando a países con los cuales durante años hubo una relación de cordialidad, cooperación e intercambio, eso te puede repercutir el día de mañana. ¿Qué pasaría si Argentina aliena cada vez más a más países, como ha ocurrido en estas declaraciones que constantemente se han escuchado del presidente sobre Brasil, sobre Colombia, sobre China y sobre España últimamente, y el día de mañana necesitas encontrarte cara a cara con esos países?

    -Las declaraciones de Milei, su forma de hacer política en general, atentan no solo contra las relaciones diplomáticas sino también alimentan discursos de odio puertas adentro del país también. Cuestiones como la islamofobia proliferan.

    -Muchas veces los fines políticos tienen mayor peso. Los usos políticos tienen mayor peso que la verdad, o que una comprensión integral de estas cuestiones. Así que eso. Te podría decir eso. No te diría que lo que ocurrió en la reunión con la Liga Árabe necesariamente tenga un impacto inmediato, pero sí habla de una tendencia lamentable que bien puede ir dañando la imagen y la relación de Argentina con una región que es muy importante como destino de nuestras exportaciones y como fuente de financiamiento. Además, no es solo un mercado económico, sino que forma parte de la historia de una buena parte de la sociedad argentina, como bien decías, que tiene su origen en la migración que llegó de esos países.

    -Argentina tiene un historial interminable de solidaridad y cooperación, hasta en cuestiones de investigación, con muchos países del mundo. La Liga Árabe no está exenta. Esto hoy, con el vaciamiento en todo aspecto del sector público, peligra.

    -Con respecto a la cooperación con la región, podría ser interesante como hito que, tanto con Egipto como con Argelia, en el pasado, les hemos vendido reactores de investigación nucleares para el desarrollo del sector nuclear con fines pacíficos, especialmente energía y fines medicinales. Lo cual es un hito para la Argentina, un hito del cual pocos países pueden hablar. Esto da cuenta de una cooperación en términos estratégicos que excede a lo meramente financiero o comercial y que habla mucho de lo que podría explorarse. Muchas veces, por falta de atención, interés o inventiva en las relaciones con esa región, no se ha podido explorar en demasía. La cooperación tecnológica, la cooperación científica, la cooperación en sectores estratégicos como el energético me parece algo a resaltar, sobre todo en vistas del desinterés o directamente la actual ofensiva que el Gobierno de Milei ha desarrollado justamente contra estos sectores estratégicos para nuestro país, donde contamos con muchos desarrollos de enorme alcance en materia tecnológica y política. Este ejemplo de la cooperación en materia nuclear con Argelia y Egipto puede ser también un ejemplo interesante para mencionar, algo que quizás excede a los lugares comunes con los cuales se suele leer la región.

     

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