De cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el próximo 5 de noviembre, el Supermartes de internas confirmó que volverán a disputarse el cargo el actual presidente Joe Biden, del Partido Demócrata, y Donald Trump, del Partido Republicano. Aunque se trata de un resultado esperado, hubo algunas sorpresas en estados de forma aislada que sirvieron como termómetro de la sociedad estadounidense. En Washington y Vermont, la republicana y ex embajadora en la ONU, Nikki Haley se impuso a Trump. Y también, el demócrata Jason Palmer sorprendió arrasando en Samoa Americana, un territorio anexado a Estados Unidos tras la firma del Tratado Tripartito.
El piso necesario de delegados obtenidos en el Supermartes para poder acceder a formar lista en las elecciones presidenciales era de 1.215 delegados. El resultado en el estado de California fue crucial para las nominaciones, ya que aquí se concentra la mayor cantidad de delegados: se impuso ampliamente el Partido Demócrata, que obtuvo 424 delegados, frente a 169 del Partido Republicano. A partir de ahora, la campaña electoral será una de las más largas en la historia de Estados Unidos: contará con ocho meses completos.
Qué es el “Supermartes” y cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos
El Supermartes es un día crucial en el proceso electoral, se trata de la celebración simultánea de primarias en varios estados. Este evento influye significativamente en la carrera hacia la nominación presidencial debido al gran número de delegados en juego.
Cada cuatro años, los estadounidenses eligen al presidente de su país. Este proceso comienza con las primarias y los caucus, donde los ciudadanos votan por los candidatos de sus respectivos partidos. Luego, en la elección general, los votantes eligen a los miembros del Colegio Electoral, quienes finalmente votan por el presidente.
La elección de los miembros del Congreso se celebra separada de la presidencial. La Cámara de Representantes cuenta con 435 escaños, que se asignan según la población de cada estado, mientras que el Senado tiene 100 escaños (dos por cada estado). Los representantes sirven mandatos de dos años, mientras que los senadores sirven mandatos de seis años.
La era Trump: una montaña rusa de controversias
Desde su toma de posesión en enero de 2017, Trump ha sido una figura polarizadora que ha desencadenado intensos debates y controversias en Estados Unidos y en todo el mundo.
En el ámbito económico, Trump se ha enorgullecido de impulsar reformas fiscales que, según él, han llevado a un crecimiento económico sin precedentes. Antes de la pandemia de COVID-19, la tasa de desempleo había disminuido significativamente y el mercado de valores había alcanzado niveles récord. Sin embargo, la crisis sanitaria provocó una recesión económica, desafiando la narrativa de prosperidad constante durante su mandato.
Crisis migratoria y geopolítica
En el ámbito social, resurgieron las reivindicaciones del nacionalismo blanco y el extremismo de derecha, alimentado en parte por comentarios incendiarios y la retórica antiinmigrante del propio gobierno. Aumentó el uso de centros de detención en la frontera operados por empresas privadas. Estas instalaciones –literalmente cárceles de rejas donde la gente duerme en el piso y no se le brinda ni una correcta alimentación ni asistencia legal- enfrentaron críticas por las condiciones precarias, la falta de atención médica adecuada y los abusos hacia los detenidos. En 2018, se implementó una política de “tolerancia cero” hacia la inmigración ilegal, que resultó en la separación de familias en la frontera entre Estados Unidos y México. Los niños fueron detenidos en instalaciones separadas, lo que generó indignación a nivel nacional e internacional.
En política exterior, Trump adoptó un enfoque unilateralista y de “Estados Unidos primero”, retirándose de acuerdos internacionales como el Acuerdo de París sobre el cambio climático –acuerdo al que Joe Biden volvió a suscribir tras asumir en 2021- y el tratado nuclear con Irán. Su estilo beligerante y sus políticas proteccionistas también generaron tensiones con aliados tradicionales y rivalidades con potencias como China.
Asalto al Capitolio
El 6 de enero de 2021, Estados Unidos fue testigo de uno de los episodios más oscuros de su historia reciente cuando una turba de partidarios del entonces presidente Donald Trump asaltó el Capitolio en un intento por detener la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. La violencia estalló con individuos armados y descontrolados saqueando las oficinas de los legisladores y ocupando el Senado y la Cámara de Representantes. Estos manifestantes incluían a miembros de movimientos de extrema derecha como los supremacistas blancos y partidarios de teorías de conspiración como QAnon. También había grupos paramilitares y personas que se identificaban como defensores de la libertad y la “América conservadora”.
El presidente Trump fue acusado de incitar a la insurrección y enfrentó un segundo juicio político en la Cámara de Representantes, convirtiéndose así en el único presidente de Estados Unidos en ser sometido a juicio político dos veces. Aunque fue absuelto por el Senado, el asalto al Capitolio dejó una mancha indeleble en su legado político y avivó el debate sobre el papel de la retórica incendiaria y la desinformación en la polarización de la sociedad estadounidense.
Cuál es la situación hoy en Estados Unidos
Joe Biden asumió la presidencia en 2021 en un contexto de crisis sanitaria y estancamiento económico. Hoy, la situación no es muy diferente. Solo en un año (entre 2022 y 2023) la pobreza aumentó un 7,8% y se posicionó en un 12,4%. Esto sumado a la crisis habitacional y al auge de drogas como el fentanilo. Incluso, este viernes es la deadline para aprobar las leyes presupuestarias pendientes, tras tres prórrogas y cuatro riesgos de cierre parcial de la Administración.
La –aparentemente- inagotable ayuda económica y armamentística enviada a Ucrania desde el inicio de la guerra y a Israel desde que retomó el genocidio del pueblo palestino tiene como horizonte un nuevo paquete de 95 mil millones de dólares. Esta ayuda financiera fue aprobada ampliamente en el Senado, pero aún debe enfrentarse a la Cámara de Representantes. Todo el dinero invertido en conflictos ajenos al territorio estadounidense deja como resultado fenómenos económicos que no son muy habituales. Los paquetes de estímulo económico aprobados forzosamente han contribuido directamente al aumento de la inflación, que durante el mes de enero fue del 3,1%.
Las condiciones migratorias no cambiaron respecto de la gestión anterior. Organismos internacionales han denunciado el hacinamiento y falta de atención adecuada a los migrantes, lo que ha llevado a acusaciones de negligencia por parte del gobierno.
Biden y el mundo
La falta de estrategia clara del gobierno retornó conflictos en lugares históricos como Afganistán y el conjunto de Medio Oriente. Aunque el diálogo con potencias de la región como Israel o Arabia Saudí, en parte para retomar el acuerdo nuclear, fuera “más fluido”, se mantiene la política de “máxima presión” hacia Irán. Por otro lado, las incursiones en Yemen son de larga data para el gobierno del demócrata. Desde la financiación a la monarquía saudí para la lucha contra los hutíes hasta las nuevas actividades bélicas de la coalición Guardián de la Prosperidad, que contrarrestan los ataques a buques comerciales en las inmediaciones del Mar Rojo, realizadas por el apoyo hutí a Palestina.
Más al este del mundo, la administración Biden mantuvo relaciones pacíficas con China –aunque las tensiones en materia de comercio y seguridad regional en el Mar de China Meridional persisten-. Además, contrario al gobierno de Trump, la relación con Rusia se volvió inllevable por la conducta financista del gobierno para con Ucrania, la promoción de sanciones en organismos internacionales y la toma de medidas de fortalecimiento de la OTAN.