El encuentro entre Milei y Trump marca un acercamiento estratégico para el presidente argentino, pero el historial de las relaciones entre ambos países siembra dudas sobre beneficios concretos para la Argentina. Milei busca apoyo en el FMI y acuerdos comerciales, aunque el proteccionismo estadounidense podría jugarle una mala pasada. ¿Vuelven las “relaciones carnales”?
15.11.2024
Javier Milei y Donald Trump se reunieron en Mar-a-Lago, lo que llamó la atención de los medios estadounidenses, siendo Milei el primer presidente extranjero recibido por el nuevo mandatarioe stadounidense. La reunión se produjo en el marco de una cena organizada por el American First Policy, un think tank republicano. Allí, ambos líderes discutieron sobre liberalismo, economía y política global, cimentando lo que parece ser el inicio de un acuerdo geopolítico entre ambas naciones.
Sobre el encuentro
Javier Milei llegó acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el canciller Gerardo Werthein. De la reunión, participaron además figuras clave del futuro gabinete de Trump, como J.D. Vance (vicepresidente electo) y Mike Waltz (consejero de Seguridad Nacional).
Otro invitado fue Elon Musk, quien compartió tomo una foto que rápidamente se volvió viral. También se hizo presente Sylvester Stallone con una aparición sorpresa, presentando a Trump.
Los medios de comunicación norteamericanos no hablaron del discurso de Milei, que fue corto y nadie le prestó mucha atención. La lectura monocorde distrajo a la audiencia, que murmuraba mientras el presidente argentino hablaba, ya que allí no acostumbran escuchar oradores que hablan en otras lenguas con traducción simultánea. Sin embargo, cadenas como Fox News destacaron el hecho de que Javier Milei haya sido el primer mandatario extranjero recibido por el presidente electo norteamericano. La Constitución de Estados Unidos impide mantener reuniones bilaterales con jefes de Estado de otras naciones cuando aún hay otro presidente en funciones, como es el caso de Joe Biden. Otro dato a destacar fue la informalidad en la vestimenta de Milei, que no respetó la etiqueta habitual en una gala de estas características, el smoking.
Tras el encuentro, Donald Trump elogió el enfoque de Milei hacia las “ideas de la libertad”. Señalo que “Argentina será grande otra vez”, jugando con el famoso lema de “Make America Great Again”. “Es un honor tenerte aquí, es realmente genial”, agradeció Donald Trump. Milei, por su parte, devolvió el cumplido al afirmar que “el mundo es un lugar mejor gracias a Trump”.
Los medios le dieron más importancia a la foto de ambos mandatarios que a las declaraciones. Una imagen busca proyectar una amistad que trascienda instituciones y protocolos, una estrategia similar a lo que ocurrió con Trump y Mauricio Macri, vinculados por una amistad de antaño. Sin embargo, en aquel caso, los gestos simbólicos no se tradujeron en beneficios concretos para Argentina, lo que plantea dudas sobre qué podrá lograr Milei en términos de políticas bilaterales.
¿Vuelven las relaciones carnales?
Antes de salir hacia Miami, el presidente Argentino habló de impulsar un pacto de libre comercio con Estados Unidos. Desde que Trump ganó las elecciones surgieron los interrogantes acerca de si la sintonía ideológica con Milei podría representar alguna ventaja para su gobierno.
Uno de los puntos centrales de interés podría ser lograr un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde el respaldo de Estados Unidos, con su poder de veto, resulta crucial. La relación de Macri con Trump fue clave para desbloquear el último préstamo de 57 mil millones de dólares sobre el final de su mandato. No obstante, como en el pasado, los intereses estratégicos de Estados Unidos podrían limitar su disposición a hacer concesiones sin recibir algo a cambio.
Es evidente que ambos dirigentes son parte de la nueva derecha mundial que participa de cumbres como la CPAC, combate la “ideología de género” y la agenda woke. Tambien es verdad que Trump considerará a Milei un aliado en la región en su disputa hegemónica con China. Sin embargo, no es tan claro que esto se traduzca inmediatamente en medidas económicas favorables hacia la Argentina.
Es cierto también que la alineación de Milei con la política estadounidense es más decidida aún que la que operó en su momento Macri. La decisión de Milei de retirar a la delegación argentina de la cumbre climática COP29 y alinearse con el negacionismo climático de Trump ha sido objeto de análisis en medios como The Washington Post.
Otro punto a considerar es el posible acceso a financiamiento bilateral. En el pasado, Macri intentó obtener préstamos directos de Estados Unidos fuera del ámbito del FMI, una estrategia que nunca se concretó.
Por otra parte, está la posibilidad de un acuerdo bilateral. Durante el Gobierno de Macri, el entonces presidente intentó que Trump saque un impuesto del 25% a la importación de biocombustibles, algo que no logró. El tratado de libre comercio que pretende Milei chocará seguramente con una política proteccionista de la industria estadoinidense que Trump ha levantado en campaña. Ni él ni Elon Musk están dispuestos a ayudar a la Argentina por nada.
¿Un nuevo pacto Roca-Runcimann?
En 1933, en medio de una crisis global causada por la Gran Depresión de 1929, el entonces vicepresidente argentino, Julio Argentino Roca (hijo), y Walter Runciman, un alto funcionario británico, firmaron un pacto secreto de comercio. El acuerdo buscaba garantizar un acceso preferencial al mercado británico para la carne argentina, en un contexto donde Gran Bretaña imponía restricciones a las importaciones para proteger a sus productores locales. A cambio, Argentina se comprometió a dar una serie de concesiones a empresas británicas que operaban en el país, incluyendo ventajas en transporte ferroviario y servicios públicos, lo que se tradujo en una mayor injerencia económica británica en la economía argentina.
El acuerdo fue completamente perjudicial para la economía y la producción Argentina, favoreciendo a los capitales extranjeros sobre los productores locales. Es por esta razón que algunos ya venían considerándolo un antecedente histórico del Régimen de Inversión y Garantía Internacional (RIGI) que el actual presidente, Javier Milei, junto a algunos gobernadores y legisladores provinciales y nacionales esta impulsando. La referencia al Pacto Roca-Runciman como un precedente del RIGI no es algo menor, refleja una visión crítica hacia las políticas que priorizan el capital extranjero en detrimento del desarrollo local. El acuerdo de libre comercio que pretende establecer ahora Milei va en el mismo sentido.
El encuentro en Mar-a-Lago no solo fue un espectáculo de figuras influyentes, sino también un símbolo del nuevo rumbo que Milei quiere darle a Argentina en el escenario internacional. La afinidad entre Trump y Milei es un paso mas del rumbo que Milei impuso a la política exterior de nuestro país: un modelo que prioriza la entrega de la soberanía nacional en beneficio del capital extranjero.
