El 7 de noviembre se cumplió un nuevo aniversario de la Revolución Rusa de 1917 y con ello también un nuevo natalicio de uno de sus principales líderes, León Trotsky. Hoy analizaremos el desarrollo de dicha Revolución y de la rivalidad de Trotsky y Stalin por medio de una obra que, sin mencionarlos, los describe mejor que muchos libros de historia.
Escena de la película Octubre, de Sergei Eisenstein, en la que los trabajadores toman el Palacio de invierno. Aunuqe esta obra forma parte de la propaganda estalinista para desacreditar a Trotsky, igualmente constituye un clásico de la historia del cine.
Reseña de Rebelión en la granja de George Orwell
Esta historia fue escrita en 1945, pero su autor comenzó a pensarla en 1937 cuando se encontraba combatiendo en las milicias del POUM, en España. George Orwell no pudo publicar Rebelión en la granja recién hasta 1947 debido a la censura (autoimpuesta) de las editoriales respecto a todo lo relacionado a la URSS.
Su paso por Cataluña durante la Guerra Civil Española lo llevó a conocer de primera mano las traiciones del estalinismo, fenómeno que plasmó en la mencionada obra, en Homenaje a Cataluña y en 1984.
Rebelión en la granja narra la historia de un grupo de animales que trabajan a destajo para su amo. Alentados por el sueño de un anciano cerdo deciden iniciar una rebelión que los llevará a emanciparse de los humanos y convertirse en los nuevos dueños de su tierra y de su destino. Naturalmente, por ser los animales más inteligentes, la administración de la nueva sociedad recaería en manos de los cerdos, pero estos lejos estarán de tener unidad.
Bola de nieve, un cerdo astuto y entregado a su causa, rivalizará con Napoleón, otro cerdo también astuto, pero sobre todo con ambición y envidia. Poco a poco la corrupción y la mentira irán reemplazando a los ideales de libertad e igualdad. La granja atravesará una paradoja temporal que la llevará al inicio de su historia.
La realidad dentro de la ficción
A continuación, veremos algunas de las referencias a la Revolución Rusa y a sus personajes que podemos encontrar dentro de Rebelión en la granja. Para empezar el Sr. Jones, dueño original de la Granja Solariega, es una alusión al zar o al menos al régimen zarista, el cual explotaba al pueblo ruso representado en los animales.
El cuervo era un animal siniestro que durante la dominación humana les contaba a los animales historias fantásticas sobre una tierra lejana llamada “Monte caramelo” en la que no sufrirían más una vez muertos. Este fil aliado de los humanos hacía referencia a la religión, pata fundamental del zarismo. Cabe destacar que el cuervo fue expulsado con la rebelión, pero se le permitió volver una vez Napoleón se hizo con el poder absoluto.
Los cerdos son una clara referencia al parido bolchevique. El anciano cerdo que los incita a la rebelión, Comandante, ocupa el lugar de Lenin. Esto se ve confirmado cuando los animales comienzan a rendir culto al cráneo del fallecido animal, parodia del embalsamamiento del prócer revolucionario por orden de Stalin y la exposición de sus restos en su célebre mausoleo.
Muy explícitamente Bola de nieve y Napoleón encarnan a Trotsky y a Stalin respectivamente. No sólo en sus historias personales, sino incluso en sus posicionamientos políticos: mientras que Napoleón propone armarse para defender la granja cuando los humanos intenten recuperarla (alusión al “socialismo en un solo país”), Bola de nieve propone extender la rebelión a las granjas vecinas, así los humanos no podrían intentar recuperar su dominio (alusión a la “revolución permanente”).
Bola de nieve era el más inteligente de los animales, pero también el que llevaba siempre la iniciativa, y por supuesto el más radical. Comienza a diseñar los planos de un molino de viento con el que los animales generarían electricidad y mejorarían su calidad de vida. Este proyecto era despreciado por Napoleón quien lo veía como algo inútil.
Acá tengo que “spoilerar” parte de la historia, pero como se trata de hechos históricos tampoco es tan grave. Utilizando un grupo de perros feroces que criaba en secreto Stalin… ¡digo Napoleón!, expulsa a Bola de nieve de la granja acusándolo de traicionar la rebelión, de estar complotado con el Sr. Jones para su regreso y, por supuesto, negando su importancia en la rebelión.
Con su rival fuera de la escena, Napoleón se ve libre de comenzar a imponer su propia dictadura. Violando las leyes de la granja, sus perros asesinan a otros tres cerdos que no le eran leales (muy similar a los Juicios de Moscú de 1936-1938).
Napoleón continúa la construcción del molino, en el que supuestamente no creía, pero hacían trabajar en él a los animales muchísimas horas al día y en pésimas condiciones. Por si no quedó claro hasta ahora, el molino representa a los planes quinquenales y la industrialización.
De las referencias explicadas hasta acá podemos decir que son completamente explícitas. Ahora entramos en los personajes que, en mi opinión pueden verse comparaciones, pero que son más discutibles. El caballo Boxeador, un animal laborioso, fuerte, que ama trabajar, pero que es quizá demasiado obediente, entiendo que hace alusión al famoso minero ruso Alexéi Strajánov, convertido por la propaganda estalinista en un ejemplo a seguir para los demás obreros por su disciplina en el trabajo y su abnegación.
Los humanos dueños de las granjas vecinas, los señores Frederick y Pilkngton, son referencias a Alemania en Inglaterra. Pese a la prohibición de tener trato con humanos Napoleón comienza a tener tratos comerciales con ellos.
Los animales poco a poco, gracias a las mentiras se los secuaces de Napoleón, fueron distorsionado sus recuerdos de la rebelión. Las nuevas leyes que habían establecido fueron desformadas. Poco a poco volvieron a estado en que estaba al principio.
La corrupción en el poder
En un contexto histórico completamente distinto, 300 años A.C., el filósofo griego Aristóteles sentenciaba que:
“Cuando uno solo, o algunos, o todos, ejercen el poder supremo en vista del interés común, el gobierno es sabio y bueno. Cuando uno solo, o algunos, o todos, mandan por su interés personal, el gobierno es corrompido; porque todo individuo que tiene derecho a la cosa pública, o no es ciudadano, o debe participar de los comunes beneficios.”
Aunque sería anacrónico aplicar los conceptos de Aristóteles a la historia del socialismo, la contradicción entre gobernar en beneficio de los trabajadores y hacerlo en beneficio propio nos puede servir para empezar a trazar una conclusión de esta historia. El remplazo de la dictadura-democrática soviética y del liderazgo de Trotsky por la tiranía de Stalin y la oligarquía burocrática nos deja la valiosa lección de que el socialismo no debe perder nunca a los trabajadores como a norte político.
Para terminar, me gustaría cerrar con una frase de Bola de nieve… ¡digo, de Trotsky! que debemos tener siempre en cuenta:
“Épocas reaccionarias como la actual, no sólo debilitan y desintegran a la clase obrera aislándola de la vanguardia, sino que también reflejan el nivel ideológico general del movimiento, rechazando hacia atrás el pensamiento político, hasta etapas ya superadas desde hace mucho tiempo. En estas condiciones la tarea de la vanguardia consiste, ante todo, en no dejarse sugestionar por el reflejo general: es necesario avanzar contra la corriente”.