“Todo el mundo saltando contento, porque allá afuera te espera el país”, cantaba Ciro de los Piojos en tiempos de hambre neoliberal. La canción se materializó durante este fin de semana largo. Llegó la Creamfields a Buenos Aires y mientras danzábamos abrazados a algún extraño y tomábamos MD o tussi, la pobreza golpea la puerta de millones de argentinos: 5 millones desde que ganó Javier Milei dicen varios estudios, entre ellos, los del propio Índice de Estadísticas y Censos (INDEC). Ojo que también está el dato de la inflación 2,7%. Dos caras de la misma moneda.
La verdad que ayer en la Creamfields me sorprendió Alesso como dj posta. Pensé que iba a ser más comercial pic.twitter.com/9PInegPNmY
— ʟᴀ ᴄʀɪꜱ_ɪꜱ (@lacrisisok) November 17, 2024
Caería en un lugar común bochornoso e hipócrita si dijeses que los pobres eran los que estaban afuera de la fiesta, instalada en Lugano, uno de los barrios más carenciados de la Ciudad de Buenos Aires y los beneficiados por la motosierra de Milei bailaban adentro. No, adentro habíamos pobres, muchos. ¿Qué festejábamos? Nada, simplemente sobrevivimos, mientras se resiste, mientras uno se atornilla a su lugar de laburo para no perderlo, la vida sigue y la fiesta también.
¡Dale, dale, dale!
El plan de estabilización de Milei es tan contunde y exitoso como brutal. Ese es el punto de la complejidad de la situación que vivimos, lo que provoca un diálogo estéril entre peronistas y libertarios. Los primeros dicen que en realidad la inflación no bajó porque no está tenido en cuenta tal precio de no se qué y los segundos dicen que en realidad los salarios se recuperan y los jubilados nunca ganaron tanto.
Las cosas, como siempre son mucho más crueles que lo que militantes del progresismo y la izquierda están dispuestos a ver: hay un acuerdo tácito en la sociedad en el que se acepta tirar por la borda a quienes “no sirven” para poder enderezar el barco y salvarlo de que se estrelle contra el iceberg.
Javier Milei y Donald Trump en Miami: ¿Avanza un pacto comercial?
No digas que no, si en los lugares de trabajo donde avanzan los despidos ya se escucha el: “pero faltaba siempre”, “pero no laburaba”, “pero era un ñoqui”. Probablemente muchos de los casos individuales tenían algo de cierto. Pero el ajuste sigue y esperemos no te toque a vos, porque también vas a escuchar alguna justificación. El problema no es si Juan o Pedro trabajaban menos, el problema es que te comiste la lógica de que para salvarte hay que hundir a otros.
Luego vinieron por mí, pero ya era demasiado tarde
En esos casos particulares es donde se ve el corazón del plan de estabilización de Milei. Se emite menos para dejar subsidiar el aparato productivo tercermundista que tenemos, se enfría la economía, hay despidos y como consecuencia de todo esto se plancha la inflación. La paz de los cementerios.
Bueno, pero le sacaron el plan a la Noemí que lo gastaba todo en vino, echaron a Ricardo que tomaba falopa en el baño y rajaron a Cintia que nunca venía a laburar. Nos quedamos nosotros, los argentinos de bien que nos esforzamos. Capaz mañana vos vas a ser la Noemí, el Ricardo y la Cintia de gente que se esfuerza más. No te olvides que hay siempre gente que se esfuerza más, hay jefes que se esfuerzan más que otros y hay empresas que se esfuerzan más que otras.
Si seguimos con esta alegría, nos vamo a volver loco
Mientras tanto, la movida de la electrónica crece y crece. Sobre todo entre los nuevos adultos y los separados. Quienes tenemos treinta y pico, que ya ostentamos algún mango para endeudarnos la cuenta es bien fácil: las extenuantes jornadas laborales que sobrepasan las diez horas diarias nos dejan poco tiempo libre. Hay que meter drogas, música, chape y todo lo que se pueda.
Para las separadas también: tanto tiempo de maternidad y monogamia hacen dar una suerte de urgencia, de aprovechar el tiempo perdido, el cuerpo que todavía resiste para disfrutarlo. Todo el mundo está endeudado, tiene quilombos con la familia, con el trabajo, con el padre de las nenas, pero ahí está, olvidándose de los problemas terrenales para bailar hipnotizados por sintetizadores, keta y anfetaminas distribuidas en diferentes drogas, con diferentes nombres.
Los grupos de whatsapp de manijas proliferan y siempre hay amigos nuevos que están en la misma, que buscan algo de diversión, algo de distracción. I Wanna Be Sedated fue lanzada por los Ramones a fines de los setenta y principio de los ochenta cuando empezaba la oleada liberal. En esos tiempos, acá en Argentina, la dictadura hacía spots contra la industria nacional. Finalmente todo tiene que ver con todo.
¿Está todo bien?
La joda como lugar de evasión ¿Está mal? Que se yo, es lo que hay. Las marchas, los piquetes, las asambleas hacen largos meses que dejaron de ser convocantes. A menos de un mes del primer año de Milei, se resiste como se puede.
En el bando libertario la cosa se pone espesa. Desde que rajaron a la canciller Diana Mondino por votar igual que otros 186 países contra los bloqueos en Cuba, empezó un macartismo feroz contra los diplomáticos de carrera “que sean enemigos de la libertad“. Además, se recrudece la batalla contra “los periodista ensobrado” y El Gordo Dan y sus acólitos fundaron Las fuerzas del cielo “brazo armado de La Libertad Avanza“, “los soldados más fieles de Milei”.
Ministra @PatoBullrich
Esta declaración intimidatoria de "Las Fuerzas del cielo" no merece una investigación por instigación a la violencia o terrorismo urbano?
Ponga en caja a sus matones.
Argentina es un país en paz, con una sociedad democrática. pic.twitter.com/ZaYCcdFVKb— Esteban Paulon 🌈💚 (@EstebanPaulon) November 17, 2024
Nada que festejar en Tero Violado
Obviamente, este envalentonamiento con tintes facistoides está motivo en el arrasador triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, al que, como dicen en X, desde “Tero Violado”, festejaron tanto libertarios como peronistas. La realidad es que nadie en Tero Violado debería estar feliz por la victoria del republicano. Los libertarios tienen que ver que Trump es proteccionista. Siempre que un país se abre y otro se cierra, pierde el que se abre, obvio. Si yo dejo entrar tus productos a mi país y vos no me dejas metero los míos en el tuyo, yo me quedo sin vender y vos ganas.
Los peronistas, que entienden que el intervencionismo de Trump y su “nacionalismo” legitima sus ideas, tienen que también ver que la gente votó contra “los derechos adquiridos” y todas las banderas progresistas que el peronismo defiende. Además, por si no queda claro, el nuevo flamante secretario de Estado de Trump, Marco Rubio dijo que Cristina Kirchner “Es una cleptócrata convicta que robó miles de millones de las arcas estatales”. Querer ver el triunfo de Trump, como el triunfo de ideas similares al peronismo es tener mucha imaginación.
Lo tragicómico de todo esto es que el sábado 16 de noviembre, día uno de la Creamfields, bailé extasiado escuchando a Fisher, famoso por el tech house sensual y con tonos oscuros. En algunos breves momentos de mi transe, se me pasó por la cabeza otro Fisher, Mark Fisher, el que acuñó el término “realismo capitalista”.
Que se cuide el presifurro
Según este pensador tan genial como triste, en la contemporaneidad es más fácil pensar en el fin del mundo que el del capitalismo. Tal vez siga siendo cierto, tal vez es más probable que nos gobierne esta suerte de presidente furro con cabeza de León y manos de motosierra, que la perspectiva de una sociedad socialista. Por suerte, ese pensamiento se fue mientras sonaba el otro Fisher.
Es así, resistir se resiste como se puede. Este es un momento amargo, hay que saberlo bailar. Mientras tanto la vida sigue y que el presifurro se cuide porque las esquinas de la historia siguen siendo peligrosas. No vaya a ser cosa que el intervencionismo de Trump vía la suba de las tasas de interés del Tesoro estadounidense hagan emigrar a los bonistas y salte el dólar al carajo.
No vaya a ser cosa que el plan de estabilización deje demasiada gente afuera y que quienes se queden adentro, tomen el barco. No vaya a ser que termine derrotado como todo proyecto de derecha en la historia de este glorioso país.