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    La izquierda brasileña disputa la alcaldía de São Paulo

    Este domingo se realizarán elecciones en los 5.569 municipios de Brasil. En São Paulo, distrito con 12 millones de habitantes, una coalición de izquierda lleva como candidato al dirigente social Guilherme Boulos, que empata en las encuestas con el actual alcalde.

    El 6 de Octubre de 2024 la población de São Paulo deberá elegir al próximo alcalde municipal. En estas elecciones está en juego no solo el gobierno de la ciudad más poblada de Latinoamérica y una de las más pobladas del mundo, con más de 12 millones de habitantes, también comenzará a delinearse el panorama político de cara a las presidenciales de 2026, y será una gran batalla contra la ultraderecha bolsonarista

    Una victoria para el “lado de aqui” (expresión de la izquierda brasileña) permitiría mejores condiciones para una lucha ideológica que ponga en agenda el derecho a la vivienda, la redistribución de la renta y la riqueza, y todas las demás reivindicaciones que hoy se encuentran amenazadas por la ultraderecha. 

    Las encuestas y sondeos previos arrojan que nos encontramos ante una elección de tercios. El alcalde actual,  Ricardo Nunes, perteneciente al MDB (Movimiento Democrático Brasileño) y alineado con Bolsonaro, está en un virtual empate técnico con Guilherme Boulos, el candidato por la coalición PSOL/PT, en alrededor del 26%, según las encuestas que relevan la intención de voto.

    Apenas relegado está Pablo Marçal del PRTB (Partido Renovador del Trabajo Brasileño), vinculado a grupos paramilitares y narcotraficantes. Recientemente agredido en vivo por otro candidato y con una causa prescripta relacionada al pirateo de cuentas bancarias a través de internet.

    Resistencia Online charló con Valerio Arcary, historiador y referente del PSOL-Resistencia, sobre el cuadro electoral. “En Brasil, el ciudadano promedio no está tan politizado, no es como en Buenos Aires, donde tradicionalmente hay familias peronistas y radicales. La gente común no tiene tanta definición. Hay una preferencia del 30% tanto para el lulismo como para el bolsonarismo, pero hay un 40% o 50% de la población sin definición política, por lo que los últimos días de la elección serán claves”.

    Los sectores de poder y la gran burguesía buscan aislar a Boulos, y que la segunda vuelta enfrente a Ricardo Nunes y Pablo Marçal

    Con un discurso agresivo y la etiqueta de outsider, Pablo Marçal se presenta como un candidato afín a Bolsonaro, hablándole al mismo sector social, aunque el candidato natural del bolsonarismo resulte ser Nunes.

    ¿La izquierda ante la oportunidad de ganar São Paulo?

    Boulos fue el candidato a diputado por São Paulo más votado en las elecciones de 2022, lo que lo convirtió en cabeza de lista del frente PSOL-PT en los actuales comicios. Tamaño resultado es un reconocimiento a su trayectoria militante, con 25 años involucrado en la lucha por el acceso a la vivienda y siendo uno de los impulsores de la política unitaria desplegada por el PSOL en las elecciones de 2022.

    A diferencia de las tácticas de grupos socialistas de otros países frente al crecimiento de la extrema derecha, el PSOL llamó a votar a Lula para derrotar a Bolsonaro, aunque manteniendo su independencia política y organizativa. Este posicionamiento fue muy bien recibido y le permitió al PSOL legitimarse ante amplios sectores de la clase trabajadora y el activismo que anhelaban, por sobre todas las cosas, sacar a Bolsonaro del poder y poner fin a su política supremacista, anti LGTB y anti obrera.

    PSOL
    A diferencia de los partidos de izquierda de otros países, el PSOL tuvo una política unitaria para derrotar a la extrema derecha.

    La izquierda brasileña tendrá, de imponerse en las elecciones, la oportunidad de gestionar una ciudad clave para la vida política de Brasil, con un presupuesto enorme, que podrá administrar en función de los intereses y las necesidades de los que menos tienen, y seguramente en clara confrontación con los sectores capitalistas que apoyan a los demás candidatos. Pero el camino está lejos de estar allanado. Es muy difícil derrotar a Nunes, que representa una coalición amplísima que incluye al bolsonarismo y a la derecha tradicional.

    “La tendencia en las ciudades medias y grandes es a la reelección de los alcaldes. Si vemos las encuestas de las 27 capitales, los alcaldes lideran en la mayoría, y serán reelectos en al menos en 20. Esto se debe a una recuperación económica importante post pandemia, que representó un aumento del 3% del PIB. Este crecimiento ha permitido a los alcaldes dinamizar las obras públicas y, naturalmente, facilita la reelección. Además, la polarización en estas elecciones en general no suele ser tanto entre PTismo o Bolsonarismo, sino entre oficialismo y oposición”, explica Arcary.

    Boulos deberá penetrar en aquellos sectores de la clase trabajadora que apoyan al bolsonarismo. Según numerosos estudios, el lulismo es fuerte en aquellos que ganan un salario mínimo o menos (250 dólares), mientras que el bolsonarismo es hegemónico en aquel sector de la clase trabajadora que gana al menos el doble

    El desafío de sustraer a la clase trabajadora del bolsonarismo

    Para ganar las elecciones nacionales, el PT no sólo se valió del apoyo político brindado por el PSOL, sino fundamentalmente de integrar en el gobierno sectores de la derecha tradicional, incluyendo desprendimientos del gobierno de Bolsonaro.  Por lo que el gobierno de Lula, mientras recupera lentamente los salarios, genera crecimiento económico y reduce el desempleo, no considera estratégica la lucha ideológica contra la extrema derecha. Esto sitúa a la defensiva cualquier proyecto de izquierda que quiera avanzar en posiciones ideológicas.

    Según Arcary, la lucha ideológica y el mejoramiento del nivel de vida son condiciones necesarias para sustraer a la clase trabajadora del bolsonarismo, pero el pacto político del PT con la burguesía, mantenido para derrotar al bolsonarismo electoralmente, frena la iniciativa del Gobierno.

    “Nos acercamos al segundo año de mandato y, aunque el gobierno de Lula es absolutamente diferente del gobierno de Bolsonaro o Temer (sería miope no comprender que, aunque es un gobierno burgués, es un gobierno burgués anormal ya que el principal partido de la coalición gobernante es el Partido de los Trabajadores), tiene que efectuar cambios profundos. Si no logra cambiar la vida… porque disminuye el desempleo, la evolución de los salarios es positiva pero muy lenta, y las condiciones de vida son muy difíciles, los empleos que la gente consigue son malos y la vida es muy dura. Entonces, hay una peligrosa división en la clase trabajadora”.

     

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