Rusia afronta un contexto político interno y externo lleno de miradas críticas al gobierno de Vladímir Putin quien, alternando sus cargos entre primer ministro y presidente, cumplirá 25 años en el poder. De cara a las elecciones presidenciales que se disputarán el 17 de marzo –en las cuales Putin será candidato-, la muerte de Alekséi Navalny, su principal opositor, sacudió al debate público. Navalny se encontraba en prisión desde 2022, condenado a nueve años por “fraude y desacato a tribunales rusos”. Esta no fue la primera vez que sufría un atentado contra su vida. En 2020, tuvo que ser internado en el hospital de Omsk en Siberia por envenenamiento para finalmente ser trasladado a Berlín para su recuperación.
Para Martín Baña, profesor y doctor en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, titular de la cátedra de Historia de Rusia en la misma institución e investigador del CONICET: “Más allá de que efectivamente haya sido asesinado o no, las denuncias apuntan a un sentido más general. En función de que no hace falta dar una orden directa para asesinar a un opositor, sino que basta con crear las condiciones para que eso suceda. Se crearon las condiciones para que más tarde o más temprano Navalny muera. De modo que se podría enmarcar dentro de un asesinato”.
Resistencia Online: ¿Qué consecuencias puede traer este acontecimiento en la coyuntura?
Martín Baña: El asesinato de Navalny puede llegar a tener un efecto como vienen teniendo los distintos asesinatos o encarcelamientos, sobre todo desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, que es un efecto ejemplificador. Cualquiera que se atreva a oponerse o a manifestar algún tipo de crítica para el gobierno de Putin, se expone a ser encarcelado o eventualmente asesinado. Navalny era el opositor más influyente dentro de ese marco. Él había participado en distintas manifestaciones, había sacado en las elecciones para alcalde de Moscú cerca del 30%, que es un número nada estimable para lo que es la política rusa. También podía condensar a distintos opositores en una misma campaña y movilizar a la sociedad rusa, que en general está bastante desmovilizada en términos políticos. Además de cierto carisma suyo y de su equipo. Era el político que más chances tenía de poder derrotar a Putin.
Rusia-Ucrania: se cumplen dos años del inicio de la guerra
Los conflictos bélicos que circundan la región también marcan la agenda. El pasado 24 de febrero se cumplieron 2 años de la invasión de Rusia en territorio ucraniano. Una guerra que ya lleva 10mil civiles ucranianos muertos. La intervención de Putin en territorio exterior tiene diferentes argumentos y ha provocado que Kiev decida acercarse aún más a las potencias de Europa Occidental y salir incluso hasta de las tradiciones del Este. Como, por ejemplo, la modificación de monumentos soviéticos que ostentaban la hoz y el martillo –aunque nada tuvieran que ver con la política rusa actual- y también cambiar las costumbres propias de la religión ortodoxa como pasar de celebrar la Navidad el 7 de enero a hacerlo el 25 de diciembre, previo a año nuevo, como es costumbre al otro lado del mundo.
Uno de los principales argumentos que sostiene el gobierno de Putin es la supuesta protección de los rusos étnicos que residen en el este de Ucrania, en particular en las regiones de Donetsk y Lugansk, donde se han reportado tensiones étnicas y conflictos separatistas desde la crisis de Crimea en 2014. Rusia afirma que está interviniendo para proteger a sus ciudadanos y garantizar su seguridad ante lo que describe como una persecución por parte del gobierno ucraniano.
Otro argumento es el rechazo a la expansión de la OTAN hacia el este. Rusia ha expresado su profunda preocupación por el acercamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sus fronteras, considerándolo una amenaza directa a su seguridad nacional. La posible adhesión de Ucrania a la OTAN ha sido vista por Moscú como una línea roja que no está dispuesta a permitir, lo que ha llevado a una respuesta militar.
Asimismo, Rusia ha denunciado lo que considera como una “injerencia occidental” en los asuntos internos de Ucrania, especialmente tras la Revolución Naranja de 2004 y la Revolución de la Dignidad de 2014, que llevaron a cambios de gobierno en Kiev. Moscú ha acusado a países occidentales, especialmente a Estados Unidos, de apoyar activamente a fuerzas políticas y grupos que considera hostiles a sus intereses en la región.
Resistencia Online: ¿Cuánto más pensás que pueda extenderse la guerra en Ucrania?
Martín Baña: Ya hace un tiempo bastante prolongado que la guerra en Ucrania -que al principio fue presentada por las autoridades rusas como una guerra relámpago-, que se iba a terminar en pocos días y ya van dos años. Se convirtió en una guerra de desgaste que se sostiene, en parte por un enorme esfuerzo de movilización por parte de Rusia, que ya lleva más de 40mil soldados muertos en esta invasión. Por otro lado, también el apoyo que recibe Ucrania de distintos países, este de Europa y de Estados Unidos. En la medida que esto se mantenga y no haya una decisión de política por parte de Rusia de terminar con el conflicto, puede extenderse mucho tiempo más.
Alekséi Navalny
RO: ¿Existe alguna posibilidad de que este conflicto se mezcle con lo que sucede en Medio Oriente?
MB: Respecto de la influencia de lo que está sucediendo en Medio Oriente y lo que en principio comenzó a suceder en Palestina a partir del conflicto con Israel, eso sirvió como una suerte de distracción también para lo que está sucediendo en Ucrania. Por un tiempo se pudo no hablar de lo que está sucediendo en Rusia y, efectivamente, Estados Unidos que siempre tiene intereses creados en esos territorios. Por eso el apoyo que queda continuamente a Ucrania en este conflicto.
CM
