More

    Recuerdos del ‘78

    Cuenta la tapa de Clarín del 1 de agosto de 1978 que Boca Juniors se enfrentaba ese mismo día al Borussia Mönchengladbach de Alemania por la final Intercontinental. Esta final debía jugarse en 1977 entre el equipo argentino y el Liverpool de Inglaterra, que fueron los campeones de América y Europa respectivamente, pero como los rojos de Inglaterra se negaron a jugarla, la FIFA le concedió la chance al equipo alemán, que había sido el subcampeón europeo. 

    Aunque la información oficial siempre fue que el Liverpool no podía disputar esa final por no coincidir con el calendario de la Copa, hubo fuertes rumores de que en realidad se negaron a asistir a Argentina por estar siendo gobernada por una dictadura.

    Tapa de Clarín del 1 de agosto de 1978.
    Tapa de Clarín del 1 de agosto de 1978.

    Tras el 2 a 2 conseguido en la ida en la mismísima Bombonera, el xeneize se alzó con el máximo trofeo de clubes en Alemania, al lograr una contundente victoria por 3 a 0 en calidad de visitante. De esta manera, el equipo conducido por Juan Carlos “Toto” Lorenzo lograba la primera de sus tres copas Intercontinentales (luego ganaría en el año 2000 enfrentando al Real Madrid y en el 2003 frente al Milan).

    En esa misma tapa de Clarín donde se anticipaba la final Intercontinental, el titular de mayor envergadura hablaba del inicio del segundo período de Jorge Rafael Videla en la presidencia de facto, y el consecuente traspaso de Viola a la conducción del ejército. Debajo de esa noticia, un enorme recuadro presentaba la siguiente información: “Inauguraron las instalaciones de Papel Prensa”. Esa noticia sí que era importante; por primera vez en Argentina se iba a producir papel para la publicación de periódicos sin la necesidad de importar, algo que encarecía mucho el precio de venta. Lo que no cuenta esa nota es la manera en la que los mismos dueños de “el gran diario argentino” obtuvieron la posesión de dicha empresa, hasta el momento en manos del grupo empresario Civita, a cargo de los hermanos Juan y David Graiver.

    Según declaró Lidia Papaleo (viuda de David Graiver) en la causa en la que la justicia investigó el trasfondo de la venta de la empresa, su familia se vio obligada a vender Papel Prensa al grupo Clarín y acusó al propio Héctor Magnetto de amenazar de muerte a ella y sus hijos

    Papaleo además fue secuestrada y torturada un tiempo después de la venta de la empresa y su recuerdo sobre sus días de encierro es el siguiente: “Cuanto más sangraba yo, él me eyaculaba encima. De tanto picanearme, me dislocaron los hombros. Me ponían sobre un elástico, atada, y para escapar de la picana, me movía hacia un costado y el otro. Después ellos me tiraban en un calabozo, muy chiquito, muy frío”.

    Aunque la justicia argentina finalmente sobreseyó a Héctor Magnetto de las acusaciones hechas por Papaleo, lo cierto es que aquella tapa de Clarín anunciaba ciertamente un hecho histórico, porque la planta de Papel Prensa significaba un lugar de poder hasta entonces inédito para el diario de mayor venta de la Argentina. Por primera vez, una sola empresa iba a decidir a qué precio y a quiénes venderle papel para poder publicar sus ideas en tiempos donde la prensa escrita en soporte físico era la que imponía la agenda mediática. En síntesis, el diario Clarín empezaba a construir su monopolio.

    Mientras el poder de Magnetto se extendía y la dictadura promediaba su gesta sangrienta y hambreadora con un plan político y económico devastador para la república argentina, en el cine brillaban las películas de Hugo Moser, aquéllas donde Olmedo y Porcel hacían gala del patriarcado reinante, esas dónde la mujer era un mero objeto de uso y deseo de hombres que hacían con ellas lo que les gustara. Esas mujeres que hoy, a casi 50 años del inicio del plan de Videla y Massera, intentan volver a silenciar en el cine y la cultura en general, tras años de inmensas luchas que transformaron al menos una parte de la mirada cultural y política sobre mujeres y disidencias.

    Por suerte, en aquél año 78 también existía el rock, siempre el rock, y Serú Girán editaba su disco homónimo. “Voy a Mil” es el séptimo tema de aquél disco, y dice así:

    “Por favor

    Soy este dolor que me mata

    Mi productor me da veneno

    Estoy gastando mi dinero en la rata

     

    Por favor

    Mejor será echar al pirata

    Vo’ a tomar una aspirina

    Al diablo con toda esa etapa

     

    Sí, voy a amar, voy a amar

    Voy a odiar si me odian

    Y nunca pensar en eso

     

    Voy a subir, a subir

    A bajar, si me bajan

    ¿Quién dijo que somos libres?

     

    Una cosita más...

    Si llegaste hasta acá es porque valorás que exista un periodismo para darle voz a la resistencia. Colaborá con un pequeño aporte mensual para que podamos seguirte brindando la mejor información y análisis.

    Nuestros suscriptores reciben gratis nuestra edición impresa y un newsletter semanal por mail además de otros beneficios y regalos exclusivos.

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    Edición impresa

    Notas recomendadas

    ARTÍCULOS RECOMENDADOS