Según los datos de la Dirección General de Estadística y Censos porteña, en diciembre una familia necesitó $290.411 para no ser indigente en CABA, $494.791 para no ser pobre y $745.270 para ser de clase media. Desde diciembre se estima que hemos acumulado un 20% de inflación en enero, sin contar el acumulado del mes corriente. Hoy, el salario básico de un redactor se encuentra en $243,616.
La situación salarial entre los trabajadores de prensa es gravísima, y cada vez más acuciante. Los salarios bajísimos, hoy por debajo de la línea de indigencia en muchísimos casos, obligan a las y los trabajadores de prensa a tener dos, tres y hasta cuatro empleos diferentes para poder llegar a fin de mes.
Según los datos de la Dirección General de Estadística y Censos porteña, en diciembre una familia necesitó $290.411 para no ser indigente en CABA. Hoy, el salario básico de un redactor se encuentra en $243,616.
El cansancio y la caída en la calidad del trabajo producto de la sobreexplotación son moneda corriente en las redacciones hoy en día. A esto se le agrega una preocupación que tiñe las jornadas de trabajo de todos los trabajadores de prensa: en enero no hubo aumento, y la paritaria todavía no cierra.
Ya en enero comenzaron las reuniones, en donde el SIPREBA exigió una recomposición salarial de lo perdido en 2023 con la paritaria traidora firmada por la UTPBA (a saber, 60% sin contar la pérdida histórica de poder adquisitivo que dejó el gremio traidor). Los empresarios literalmente no llevaron nada a la mesa, no había propuesta alguna. Las reuniones siguieron, ofrecieron un voucher de supermercado a cambio de un aumento de salario. La semana pasada, la oferta seguía siendo la misma, sólo que le agregaron un voucher más el mes siguiente.
Además, en todo el mees de enero, caracterizado por las movilizaciones contra la Ley Ómnibus y el DNU de Javier Milei, los trabajadores de prensa fueron reprimidos duramente por la Policía y algunos inclusive detenidos. Los laburantes del sector fueron un objetivo específico de las fuerzas de seguridad a la hora de repartir palazos, gases y balazos de goma porque evidentemente el Gobierno no quería que se reflejara en los medios lo que estaban haciendo. Esto lejos de hacer retroceder a los trabajadores de prensa, lo que demostró es el enorme compromiso de los periodistas y fotógrafos que estuvieron al frente de la denuncia del operativo represivo de Bullrich y Milei.
Esta entrega al trabajo y compromiso con la profesión, no solamente no fue premiada por los empresarios de medios, si no que mientras muchos laburantes ven a abogados por las causas que les realizaron o se curan las heridas de la represión, la patronal especula a que la inflación pase y siga licuando los salarios.
Es claro que los empresarios de los medios quieren jugar con la inflación para poner a los trabajadores contra la espada y la pared. Cuando no se llega a fin de mes bajo ningún punto de vista, un voucher de $80.000 parece menos malo, o si bien sigue pareciendo insultante uno está más dispuesto a agachar la cabeza para darle de comer a los pibes. Pero estos vales de compra no solamente son insuficientes, son decididamente peligrosos.
Aceptar una paritaria en la cual el aumento no es monetario tendría varios problemas. El primero es que un voucher no cuenta para aguinaldo, antigüedad ni vacaciones. Además de esto, aceptar una paritaria “en especie” abre la puerta a que los empleadores busquen pagar cada vez una menor proporción del sueldo en moneda. Si hoy es un voucher por $80.000 ¿Quién dice que el mes que viene algún patrón ofrezca pagar el doble en tarjetas de compra y reducir los salarios en moneda? ¿Cuánto pasará hasta cobrar la totalidad del sueldo?
Los empresarios quieren hacer creer a los trabajadores que ahora no pueden pagar un aumento porque se terminó la pauta nacional. Pero los últimos años fueron años de ganancias récords por la cantidad de pauta que entraba en las empresas, y de esa ganancia no se cayó ni un peso para salarios. Hoy nos quieren convencer de aceptar una oferta insultante, con el argumento de que la plata no está, pero ¿Si no nos compartieron las riquezas de los últimos años, por qué tenemos ahora que compartir las miserias?
Es por todo esto, que desde el SIPREBA se viene desarrollando un plan de lucha. El mismo inició con retenciones de tareas y asambleas en todas las redacciones, y continúa mañana jueves con un paro de prensa escrita de 24hs para defender nuestros salarios y nuestra profesión en la misma jornada que está llamada la audiencia paritaria.
Mañana es una parada muy importante, para recordarle a los empresarios de los medios, que las noticias no salen sin los trabajadores que las redacten, graben, locuten y difundan, y para hacerles entender que los trabajadores de prensa somos eso: trabajadores, que merecen un salario justo por su trabajo.
Noelia Ferrario, delegada de SipreBA en Perfil