El pasado miércoles en el marco de una cumbre internacional que reunió a grandes empresarios y líderes mundiales, el presidente Javier Milei pronunció su primer discurso en el extranjero. En el Foro Económico Mundial que se celebró en Davos, Suiza, su discurso se centró en una ferviente defensa del capitalismo y, como es costumbre, denunció como culpable de todos los males a su peor fantasma: el socialismo.
La polémica
La primera intervención discursiva del presidente argentino generó fuertes críticas y, al mismo tiempo, recibió insólitos elogios. Uno de sus ‘héroes’, como Milei definió a quienes serían los benefactores de la humanidad, expresó más que simpatía con las ideas que desarrolló en el Foro.
Provocador profesional, Elon Musk, al día siguiente de la intervención del Presidente, publicó en su cuenta de Twitter (X), de la que es dueño, un posteo en el que describe de manera gráfica y explícita la “excitación” que le generó el discurso. Subió una imagen de un hombre teniendo sexo con una mujer, en la que el primero sostiene una notebook con una foto de Milei en el Foro de Davos. Agregó como leyenda a dicha imagen, en inglés: “So hot rn” -(Estoy) tan caliente ahora mismo-.
El posteo despertó mucha indignación por el contenido machista y sexista que expresa. Si bien esta crítica es correcta, al rechazar sólo lo burdo, lo explícito del contenido sexual, se pierde de vista el lazo ideológico y comercial existente entre el magnate y el líder de La Libertad Avanza (LLA).
Oro blanco
En un contexto de transición energética, la demanda del “oro blanco”, como se lo denomina al litio, se triplicó a nivel global por su importancia en los emergentes rubros industriales y tecnológicos. Esto quiere decir que dicho mineral se constituye en la actualidad como recurso natural estratégico. Además, para aclarar, América Latina es el continente que tiene el mayor reservorio de litio del mundo.
Bolivia posee las mayores reservas de litio en salmueras, en el Salar Uyuni y, a diferencia de lo que ocurre en Argentina y Chile, donde el recurso se encuentra en manos de multinacionales que responden a intereses foráneos, en el país hermano es el Estado Plurinacional el que controla de forma soberana el recurso, y lo explota de acuerdo a los intereses nacionales.
En 2019 se desarrolló un Golpe de Estado en Bolivia. Este proceso comenzó tras las elecciones del 20 de octubre, terminó con la destitución del presidente Evo Morales y generó dos grandes masacres. Se puede deducir que una de las razones de fondo fue que la ofensiva tenía como principal objetivo hacerse del litio, y así lo manifestó el empresario amigo de Milei.
En declaraciones de hace un tiempo atrás, en su cuenta de Twitter (X), Elon Musk, reivindicó el Golpe ante la denuncia de un usuario de la plataforma. “¿Sabes lo que no era lo mejor para la gente? El gobierno de los Estados Unidos organizó un golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia para que pudieras obtener el litio allí”, le espetó “Armani” (@historyofarmani). Fue entonces cuando el multimillonario respondió con total impunidad: “Derrocaremos a quien queramos, te jodes”.
El interés de Elon Musk en el ‘oro blanco’ se fundamenta en que él es uno de los CEO de Tesla, la mayor empresa del mundo de autos eléctricos. Estos vehículos dependen principalmente de las baterías de litio como fuente de energía, lo que convierte al mineral en una materia prima esencial y de gran demanda. El magnate nacido en Sudáfrica no oculta sus ambiciones y va detrás de los yacimientos sudamericanos.
Un marco jurídico a medida de Elon Musk
Después de las elecciones, según comentó Javier Milei en la mesa de Mirtha Legrand, el multimillonario lo llamó para felicitarlo por su triunfo en las urnas. Allí, el Presidente destacó, con una sonrisa y con orgullo, que Elon Musk le había manifestado interés en el litio de nuestro país.
Acto seguido, y para terminar de cerrar la idea, cuestionó la actual administración de los bienes públicos en la cual, según la Constitución, corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales. Por esto, afirmó que las empresas “necesitan un marco jurídico [a nivel nacional] que respete los derechos de propiedad”.
Tanto en el DNU 70/23 como en la ley ómnibus, podemos encontrar puntos que fueron redactados para lograr este proposito. Especificamente en una de las disposiciones del mega DNU se deroga la llamada Ley de Tierras (26.737). El propósito es habilitar la extranjerización del territorio para entregar los recursos naturales a personas y empresas de otros países, a corporaciones económicas y financias de paradero desconocido.
Con la ley ómnibus, se modifica la Ley Nacional de Tránsito y se propone la aprobación de la “conducción por parte de sistemas autónomos para vehículos autodirigidos, sean estos particulares, de pasajeros o de carga”.
Para Javier Milei, los “héroes” como Elon Musk van a ser quienes saquen de la crisis a nuestro país, y con las medidas impulsadas le garantizó un marco juridico a su medida. Gracias a estos importantes beneficios el dueño de Tesla podría comprar territorio, hacerse del litio, comenzar la producción de las baterias que necesita y vender sus autos eléctricos solo en Argentina.
Vienen por el litio, vienen por todo
Argentina cuenta con la segunda mayor reserva y es uno de los tres paises, junto con Chile y Bolivia, que conforma el Triangulo del Litio. Con las medidas que impulsa el Gobierno serán, como en parte ya ocurre, los grandes empresarios quienes van a venir al país a saquear indiscriminadamente el litio. En consecuencia, no será nuestro país, los trabajadores y las comunidades originarias quienes de mutuo acuerdo vayan a definir cómo explotar éste bien común estrategico, ni como se podría hacer una buena administración socioambiental.
Por eso, detrás de lo que parece un polémico posteo se esconde un gran negocio para rifar nuestros bienes comunes, los derechos de los pueblos originarios y la entrega de nuestra soberanía.
Poner los objetivos claros es de primer orden para emprender una lucha contra quienes ya tienen una estrategia implacable. Está en juego todo. El litio, el agua, el territorio y nuestros derechos.
En definitiva, las provocaciones de este bravucón internacional no nos debe hacer olvidar que quienes definimos somos nosotros. Si somos capaces de organizar a una mayoría social para frenar esta obsena entrega de nuestra soberanía y nuestro futuro, el posteo de Musk va a quedar en sólo en un tuit. Él ya posteó, ahora la palabra la tenemos nosotros.
Matías Daniel Pereyra
