El periodismo en Argentina rara vez se detiene en el análisis de sus propios protagonistas, a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos. Sin embargo, los acontecimientos recientes han puesto en el centro de la escena a Jonatan Viale y su descargo tras la polémica entrevista con el asesor presidencial Santiago Caputo. La declaración del periodista generó nuevas dudas sobre la trama que rodea el escándalo de Libra y la posición del presidente Javier Milei en este episodio.
Javier Milei y el desplome de $libra: ¿Un estafador en la Casa Rosada?
Viale grabó su mensaje en el que anunció que se tomaría unos días de descanso, dejando su programa en manos de su equipo. Durante su exposición, reconoció que su reacción ante la intromisión de Caputo en la entrevista no fue la adecuada y admitió que debió haberlo enfrentado con mayor firmeza. En sus palabras, “no tuve la coherencia ni el ímpetu de mandarlo a la mierda”. También defendió la rigurosidad de su trabajo, destacando que formuló 37 preguntas sobre $LIBRA, pero la discusión que surgió luego apuntó a un aspecto central: no es cuántas preguntas se hacen, sino cómo están estructuradas y qué información buscan revelar.
¿Por qué Milei no denuncia a los responsables de la estafa? ¿Si él ya había impulsado un activo en criptomonedas similar cuando fue diputado, por qué dice que ahora no sabía lo que estaba haciendo? ¿Por qué en una entrevista luego del criptoescpándalo se encarga de atacar a cantantes como María Becerra y Lali Espósito que no cometieron ningún delito?

El caso $LIBRA se asemeja a un rompecabezas donde algunas piezas todavía no encajan. Uno de los aspectos más llamativos es la actitud del presidente Milei, quien suele ser implacable con sus críticos pero no ha tomado una posición firme contra los presuntos responsables del fraude de $LIBRA. Personajes como Hayden, un hombre pelirrojo y de gafas que parece utilizar diferentes nombres, continúan vinculando a Milei con el proyecto y asegurando que el entorno presidencial tenía conocimiento del esquema. Sin embargo, el mandatario no ha salido a desmentir de manera categórica estas acusaciones ni ha denunciado a los involucrados.
La situación se volvió más turbia con la aparición de una captura de pantalla que presuntamente pertenece a Hayden. En el chat filtrado, se refiere a Milei de manera despectiva y menciona pagos destinados a su hermana, Karina Milei. Hayden negó la veracidad de este material, asegurando que no proviene de su teléfono y que no hay pruebas que lo respalden. No obstante, hay otras personas que aseguran que la hermana del Presidente y secretaria de Presidencia le quiso cobrar para tener reuniones con su hermano.
Uno de los aspectos más contundentes del caso es el “rug pull“, una práctica fraudulenta que consiste en retirar abruptamente los fondos de un proyecto, dejando a los inversores sin posibilidad de recuperar su dinero. Este tipo de maniobra es un delito tipificado en legislaciones como la estadounidense. En el caso de $LIBRA, se detectó que cinco individuos controlaban el 80% de los activos y que hubo movimientos financieros orquestados justo antes de que Milei mencionara la criptomoneda en público, lo que indicó una posible operación coordinada. Es decir, jugaron con las cartas marcadas. Esto, lejos de las loas que Milei le hacía a la “mano invisible del mercado”, muestra unas manos bien sucias y tramposa ayudada por el Estado, que él siempre reconoció que era “una organización criminal”. En eso no nos mintió.
La gran incógnita sigue siendo el rol de Milei en todo esto. ¿Fue engañado o participó activamente en la estafa? El presidente ha defendido las criptomonedas en el pasado y llegó a admitir que en 2022 recibió pagos por sus opiniones al respecto. Sin embargo, su posición actual no es clara. Lo que sí está confirmado es que lo sucedido con $LIBRA constituye una estafa y un delito financiero.
Viale, en su descargo, omitió una de las preguntas más cruciales: ¿por qué Milei no denuncia a los responsables del fraude? Además del daño económico, el escándalo afecta la imagen presidencial, un aspecto clave en el funcionamiento institucional del país.
En respuesta a las críticas recibidas, Viale disparó contra algunos periodistas sin dar nombres: “No puede ser que me vengan a cuestionar quienes se quedaron en aquel canal, cobrando sobres en papel marrón en un aeropuerto de un candidato a presidente que sacó 11%”. Aunque no especificó a quién se refería, las especulaciones apuntaron a figuras vinculadas a la campaña de Horacio Rodríguez Larreta.
Mientras el escándalo continúa desarrollándose, las dudas crecen y las respuestas siguen siendo escasas. El caso $LIBRA no solo deja interrogantes sobre el papel del presidente sino también sobre la responsabilidad de un sector del periodismo.
Viale concluyó su editorial con la frase “opiniones libres, hechos sagrados”, un apotegma periodístico con el que estamos de acuerdo. Sin embargo, muy evidentemente no significan lo mismo en nuestra concepción.
Jonatan Viale, el periodista que quiso ayudar al Presidente en el escándalo del memecoin y terminó convertido en un meme. Más que reírnos y festejar la desgracia ajena, su ejemplo nos debe servir para honrar la profesión. Intentemos ser geniales, pero si no lo logramos, por lo menos seamos dignos o al menos, no terminemos siendo un meme. Fin.