Después de tres años de una grave crisis política, económica y social, el opositor Bassirou Diomaye Faye ganó la presidencia de Senegal con el 54,3% de los votos. Fue confirmado por el Consejo Constitucional de Senegal: no habrá segunda vuelta electoral. De los 17 candidatos que se presentaron para el cargo -entre los que se encontraba Anta Babacar Ngom, la única mujer-, los que tenían mayor oportunidad de ganar eran Faye y el oficialista Amadou Ba. Votó el 61,3% del padrón senegalés, una de las participaciones más altas de la historia.
Cabe destacar que las elecciones presidenciales debían llevarse a cabo a principios de febrero pero fueron pospuestas por el oficialismo con la intención de dejar fuera a sus principales opositores.
De la persecución política a la présidence
Diez días antes de los comicios, Faye y su principal colaborador, Ousmane Sonko, se encontraban presos desde hacía once meses en Camp Manuel, Dakar. Se les imputaban los cargos de “llamamiento a la insurrección, asociación de malhechores y complot contra la seguridad del Estado”, por las múltiples movilizaciones populares en contra del gobierno (ahora saliente) de Macky Sall. Tras tres meses de huelga, ambos opositores fueron puestos en libertad y su partido arrasó las elecciones presidenciales. Esta no fue la primera vez que el gobierno oficialista del partido Alianza para la República intentó proscribir a sus opositores: en julio del año pasado intentaron decretar su ilegalidad.
Faye forma parte del Partido de los Patriotas de Senegal por la Ética, el Trabajo y la Fraternidad, que fue fundado en 2014. El PASTEF busca transformar el país en uno que se base en los principios de justicia social, igualdad de oportunidades y desarrollo sostenible, además de promover la unidad nacional y superar las divisiones étnicas, religiosas y regionales. Promueve políticas que fomenten la creación de empleo, especialmente para los jóvenes, y el desarrollo económico inclusivo. Abogan por invertir en sectores clave como la agricultura, la industria y la tecnología para impulsar el crecimiento y reducir la dependencia económica del país.
Bassirou Diomaye Faye, que gobernará a partir del mes de abril, será el líder electo más joven de África y sigue la nueva oleada de jóvenes en el poder como en Guinea, Mali, Burkina Faso y Níger -aunque es el único en África occidental que asumió mediante elecciones-. Esto obedece a una tendencia de descontento popular con los antiguos gobernantes envejecidos y miembros de estratos poderosos de la sociedad. Faye se propone combatir el desempleo -que hoy se posiciona en el 20%- y la inseguridad, frenando la corrupción y recortando los poderes de la presidencia, lo que el mismo llama una “ruptura sobre la continuidad”. Además de la restauración y la vuelta al pleno funcionamiento del ECOWAS (La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental).
¿Adiós Francia? ¿Hola Rusia?
“Senegal ha construido una relación formidable con Francia, a pesar de un comienzo doloroso marcado por la esclavitud y la colonización. Esto no debe continuar en un neocolonialismo que nos mantiene dependientes de Francia”, había declarado Faye previo a las elecciones al medio Le Monde Diplomatique. Haciendo referencia a parte de su campaña en la que proponía una nueva moneda nacional y la eliminación del franco, de mano de una reforma monetaria a nivel regional, con la Unión Monetaria de África Occidental (UMEAO). En esta misma línea, también había declarado que están “convencidos de que la plena independencia no puede lograrse sin el control de la economía, la gestión de la ganadería, la pesca y la agricultura, estamos plenamente comprometidos con la consecución de la soberanía alimentaria, digital, fiscal, energética y científica”.
Bassirou Diomaye Faye
La burguesía senegalesa y sus principales socios económicos -acreedores de la deuda externa que hoy ronda el 81% de su PBI-, generaron incertidumbre previo a los comicios por una posible ruptura de relaciones con Francia y la apertura hacia Rusia y el gobierno de Vladimir Putin. Aún no hay información oficial al respecto, pero sí se espera la renegociación de los contratos de usufructo firmados por el gobierno saliente, en pos de maximizar los ingresos procedentes de la industria petrolera y gasífera: dos reservas descubiertas recientemente.
Un dato de color: Senegal y la poligamia
Lejos de las tradiciones occidentales, en el país africano es normal ser polígamo. De hecho, Faye, tiene dos esposas que lo acompañaron en su discurso triunfal: Marie Khone Faye y Absa Faye. El Islam es la religión dominante en Senegal, practicada por aproximadamente el 95% de la población. La mayoría de los musulmanes en Senegal siguen la rama sufí del Islam, particularmente la orden Tijaniyya y la Muridiyya, que han tenido una profunda influencia en la vida cultural y espiritual del país.
La poligamia es una práctica legal y socialmente aceptada en Senegal, donde está arraigada en la tradición y la cultura. Según la ley islámica y la ley civil senegalesa, los hombres pueden tener hasta cuatro esposas, siempre y cuando puedan mantenerlas y tratarlas con equidad.
Bassirou Diomaye Faye y sus dos esposas
Para muchos senegaleses, la poligamia es vista como una forma de solidaridad familiar y de preservar la unidad y la armonía dentro del hogar. Sin embargo, también ha sido objeto de debate en el país, especialmente en términos de igualdad de género y derechos de la mujer. Algunos críticos argumentan que la poligamia puede contribuir a la desigualdad entre los géneros y a la discriminación contra las mujeres, mientras que otros defienden su papel en la sociedad senegalesa como una cuestión de elección personal y libertad religiosa.
