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    Elecciones en Irán: la crisis social se hizo eco en las urnas

    Terminó la primera vuelta de las elecciones legislativas en Irán. El resultado obtenido fue el esperado: el conservadurismo y la ultraderecha renovó 232 bancas de 290 y 245 del total fueron en primera vuelta.

    Baja participación

    Sin embargo, la participación ciudadana en las elecciones fue la más baja en la historia del país: solo votó el 41% de un padrón de poco más de 60 millones de personas. Un total de 30 puntos porcentuales menos que las legislativas anteriores. Además, del total de los votos, cerca del 30% fueron anulados y, en ciudades como Teherán, algunas bancas deberán ir a segunda vuelta.

    ¿Qué factores influyeron?

    En primer lugar, estos fueron los primeros comicios después de las manifestaciones de septiembre de 2022, tras la detención, tortura y asesinato de la iraní kurda Mahsa Amini en manos de la policía religiosa islámica. Los cargos imputados eran por utilizar mal su hiyab y mostrar un poco de cabello, cuestión que es penada por la ley. Personas provenientes de diferentes extractos sociales, en aquel entonces salieron las calles exigiendo la “muerte al dictador”.

    Se desató una enorme represión en manos de la policía y fuerzas paramilitares que dejaron como saldo el asesinato de poco más de 500 manifestantes y 20 mil detenidos.

    El caso Amini es un símbolo de la violencia contra las mujeres

    El asesinato de Amini marcó un antes y un después en la sociedad, ya que su caso se convirtió en un símbolo de la violencia contra las mujeres en el país. Las imágenes de su cuerpo golpeado y ensangrentado compartidas en las redes sociales avivaron el debate sobre la violencia doméstica y la falta de protección para las mujeres. La respuesta de las autoridades iraníes también fue objeto de críticas, ya que algunos acusaron a la policía de encubrir el crimen y de no llevar a cabo una investigación adecuada. Esto también sirvió para que más mujeres se involucren y exijan un lugar en el debate político: el 14% de las candidaturas parlamentarias eran femeninas.

    Otro de los factores fue la crisis económica interna de Irán. La inflación, que se mantenía en promedio en un 8% anual, ascendió a un 43% en 2021 y un 56% para 2023. En una economía orientada a lo macro, donde el 60% de los ingresos del Estado provienen de las exportaciones y el 70% de éstas de la venta de petróleo, las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y otros países han exacerbado la situación, restringiendo el acceso de Irán al mercado internacional y dificultando sus transacciones comerciales. Esto generó una contracción económica y una acelerada devaluación del Rial iraní frente al dólar en un contexto librecambista. Hoy el desempleo supera el 10% según datos oficiales. Además, la desigualdad social se ha exacerbado, con una brecha cada vez mayor entre los ricos y los pobres.

    ¿Existe la pluralidad de voces en Irán?

    Aunque el Frente de la Reforma –coalición que agrupa los sectores más moderados de la política iraní- renunció a competir en estas elecciones por caracterizarlas como “sin sentido y no libres”, organizaron junto a activistas e incluso al Premio Nobel de la Paz, Narges Mohammadi, un boicot. De un total de 15 mil candidatos, solo 30 de esta corriente política habían sido aceptados para las elecciones. Este filtro, que decide quién se postula y quién no, queda a criterio del Consejo de Guardianes.

    Las trampas del régimen

    Este Consejo es integrado por doce miembros. Seis son elegidos por el líder supremo del Estado iraní, el ayatolá Alí Jameneí, y los restantes, por el jefe del Poder Judicial –que, a su vez, también es designado por el ayatolá-, pero debe tener el visto bueno del Parlamento. Este líder supremo es a su vez elegido por la Asamblea de los Expertos, que se conforma por voto público cada ocho años, aunque el armado de las listas es auditado por el propio gobierno. El encargado de lograr que el mandato del líder supremo se cumpla es el presidente.

    Así como el nexo en la relación exterior con otros países. Tiene mandatos de cuatro años y es votado por el pueblo. Aquí es donde el proceso electoral y la conformación del gobierno de Irán se convierten en un círculo casi inaccesible para otros extractos políticos opositores al oficialismo, y las cuotas de poder quedan desbalanceadas.


    Ebrahim Raisi, presidente de Irán

    Aunque según la Constitución, todas las voces deben ser escuchadas e incluidas en el Parlamento y que las minorías cristiana, judía y zoroástrica también participaron de los comicios, el régimen de gobierno de Irán se conforma como una República Islámica con un sistema político basado en una combinación de elementos democráticos y teocráticos. Implementa la teoría del gobierno de los Wilayat al-Faqih, que sostiene que los líderes religiosos islámicos tienen la autoridad para gobernar en nombre de Dios. Este sistema combina elementos democráticos, como elecciones populares, con una supervisión religiosa y clerical.

     

     

     

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