El pasado viernes 5 de abril fue asesinado el productor campesino santiagueño Fabián Martínez. Con él, se suman cuatro muertes de pequeños productores en menos de quince años, producto del accionar depredador del empresariado agropecuario-ganadero en nuestro suelo, con sus patotas como principal brazo ejecutor. Otra víctima más de una práctica que se repite.
Agrocrimen
Desde hace más de treinta años, el comportamiento sigue siendo el mismo. Los terratenientes y las multinacionales del agro, la ganadería y los grandes empresarios inmobiliarios, en sociedad con la clase política, protagonizan procedimientos de depredación del territorio nacional, amparándose en dictámenes de dudosa legalidad, buscando incansablemente vacíos legales para la futura apropiación de tierras pertenecientes a pequeños productores nativos e incluso, en ocasiones, pertenecientes a pueblos originarios. Cuando los dueños ancestrales del suelo se organizan en comunidad para su defensa, los usurpadores, no dudan en apelar a prácticas aún peores.
Los Padilla
Ahí es cuando entran en acción los “alambradores”, a quienes no les tiembla el pulso para sacarlos a punta de pistola y, en caso de resistirse, proceden al asesinato. Tal el caso de Fabián Martínez, un productor avícola perteneciente al Movimiento Campesino de Santiago del Estero – Vía Campesina (MoCaSe-VC) asesinado a escopetazos a manos de una patota a servicio del agro, siendo Jonathan Padilla el brazo ejecutor del crimen, sucedido el viernes 5 del corriente mes de abril, luego de que el campesino en cuestión se interpusiera entre los vecinos en medio de una discusión al finalizarse el alambrado de tierras y hallar animales dentro del perímetro. Estos hechos sucedieron en el paraje San Francisco del departamento Alberdi, ubicado al noreste de la provincia.
Según una misiva publicada en las redes sociales de la agrupación, el responsable del hecho fue el anteriormente citado Jonathan Padilla, jefe de “La banda de los Padilla” que opera en el norte provincial por encargo de empresarios tucumanos, realizando procedimientos armados de usurpación de territorios ancestrales pertenecientes a nativos e indígenas de la zona.
Otros corrieron la misma suerte…
El de Martínez no es el primer ni el último caso de pequeños productores nativos muertos por las tierras. El 13 de marzo de 2010, fallecería de un paro cardíaco la campesina Sandra ‘Ely’ Juárez luego de observar como las topadoras de la empresa avícola Namuncurá pasaban por encima de su tierra del santiagueño paraje de San Nicolás.
Otro caso de relevancia es el de asesinato del campesino, también integrante del MOCASE-VC Cristian Ferreyra, muerto en noviembre de 2011 a manos de Javier Juárez, “seguridad” al servicio del empresario sojero Jorge Ciccioli. Esto sucedió en el marco de la defensa del citado, junto a sus vecinos, de las 2 mil hectáreas donde se afincaba la comunidad indígena Lule Vilela en la santiagueña localidad de San Antonio.
Por último, se encuentra el caso de Miguel Galván, productor nativo de la comunidad El Símbol, ubicada en la triple frontera Salta-Santiago-Córdoba, asesinado en su hogar a golpe de puñal por Eulogio Risso Patrón, matón de la agropecuaria La Paz S.A. El hecho ocurrió el 10 de octubre de 2012 en el marco de la defensa del territorio, existiendo una denuncia previa por parte de Galván de amenazas recibidas por el y su hermano por su actividad para evitar la usurpación de las tierras.
Las condenas
Como resultado de los juicios, fueron condenados Javier Juárez, autor material del crimen de Ferreyra a 10 años de prisión y a un pago de 900 mil pesos en carácter de indemnización, resultando absuelto el resto de integrantes de la patota y el empresario Jorge Ciccioli, autor intelectual del hecho. Por otro lado, en lo referido al caso Galván, Risso Patrón recibió una pena de 9 años de cárcel en el marco de un juicio abreviado.
Esta información fue recabada en base a las notas tituladas “Otro campesino muerto: ni un metro más”, escrita por Juan Grabois para el portal El Diario Ar y publicada el 12 de abril, “El agronegocio se cobró otra vida campesina en Santiago del Estero” artículo del 9 de abril del portal Tierra viva, “Nueve años de prisión para el asesino de Miguel Galván”, del miércoles 4 de noviembre de 2015 del sitio web de Página 12 y “A cuatro años del asesinato de Cristian Ferreyra” escrita por Azúl Lilén y publicada el Jueves 19 de noviembre de 2015 en Izquierda Diario.
¿Qué hay detrás de todo esto?
A pesar de las condenas, la justicia nunca llega por completo. Los grupos armados, pertenecientes a los estratos mas desfavorecidos de nuestra sociedad, son coptados por los empresarios sojeros y ganaderos, verdaderos culpables, y puestos a su servicio. Los móviles de estas usurpaciones de tierra y los consiguientes asesinatos, responden a una lógica de entendimiento del suelo como propiedad cuantificable para estos “señores feudales” sin poner en valor la importancia que representan a nivel emocional, económico y ambiental para sus verdaderos dueños y para la nación.
Facundo Martínez