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    Dos marchas el 24 de marzo: ¿Esto sirve para derrotar a Milei?

    Un mercader lleva a sus vacas al matadero. Viene el matarife con un cuchillo.

    “¡Cerremos filas y, con nuestros cuernos, atravesemos a este verdugo!”, propone una de las vacas.

    “¿Pero en qué es peor el matarife que el mercader, que nos trae aquí a golpes de látigo?”, respondieron las vacas principistas.

    “Luego podremos arreglar cuentas con el mercader”, respondió la primera vaca que había hecho la propuesta unitaria.

    “¡No!”, respondieron las vacas principistas. “Tu le lavas la cara al matarife por la izquierda”

    Y rehusaron cerrar filas.

    Unidad de acción o división

    Esta fábula que Trotsky escribió para ilustrar el escrito de “Conclusiones”, acerca de la situación en Alemania antes del ascenso de Hitler al poder, nos puede servir para analizar la discusión que hoy se desarrolla frente al Gobierno de Javier Milei. Es obvio que hay diferencias en los procesos históricos, pero también es entendible que la historia nunca se repite de igual manera y que hay conclusiones que se pueden sacar para pensar la política en general.

    Trotsky, tal vez por decoro, no termina la fábula con las vacas siendo asesinadas por el matarife. Pero ahí está el peligro real que desenvuelve la discusión. Hoy existe entre las organizaciones de izquierda un debate acerca de cuál es la mejor manera de enfrentar al Gobierno de Milei, que representa una amenaza real sobre la condiciones de vida de la clase trabajadora y la existencia de sus organizaciones, sindicatos y partidos.

    ¿A qué nos enfrentamos?

    Milei no quiere sólo terminar con lo que queda de educación y la salud pública, la ayuda social y el libre acceso a la cultura, sino que lo que busca es que no haya sindicatos, ni izquierda, ni movimientos sociales. Una política de derrota total de la clase obrera, para que pueda ser esclavizada con la reforma laboral y quitando todo elemento de formalidad que aún queda en parte importante de los trabajadores.

    Marcha contra el 2X1. Un ejemplo de movilización unitaria que frenó al gobierno de Macri
    Marcha contra el 2X1. Un ejemplo de movilización unitaria que frenó al gobierno de Macri

    Es fundamental para lograr este objetivo legitimar la represión estatal como una herramienta política necesaria para el Gobierno. La represión, en este país tiene mala prensa porque se la asocia correctamente a la política de la dictadura militar, a la que se la echó con la lucha popular y luego se la juzgó en parte con un inmenso movimiento por los derechos humanos que fue encabezado por las Abuelas, Las Madres y Los Hijos de los desaparecidos y torturados durante el gobierno del llamado Proceso de Reorganización Nacional.

    ¿Por qué este 24 de marzo es tan importante? 

    La represión de la protesta social, en general causa malestar entre los argentinos y genera una reacción popular más o menos inmediata en la calle. Esto funciona como una conquista inmaterial de la clase obrera. Los reclamos de los de abajo, deben ser escuchados y no debe reprimírselos. Desde el Gobierno de Macri, esto viene cambiando, como subproducto de una campaña permanente de diferentes medios de comunicación que demonizan al piquete como método de lucha y se viene relativizando los crímenes de la dictadura militar. Ya había funcionarios del macrismo que intentaban “desmentir” el número de desaparecidos y editoriales de La Nación que victimizaban a los genocidas presos por haber desaparecido, torturado, violado y asesinado a miles de personas.

    Milei y Villarruel contra los derechos humanos

    En este mismo sentido actúa Milei y Villarruel que tienen una política de permanente ataque sobre el balance que la mayoría de la sociedad sacó sobre la dictadura y el que generalmente se enseña en las escuelas. Esto, reiteramos, con el objetivo de hacer más tragable socialmente la represión para poder derrotar en mejores condiciones a la clase obrera.

    Es este el marco en el que se desarrollará la movilización del 24 de marzo. Esta jornada de marchas tiene la potencialidad de ser completamente masiva y totalmente opositora al gobierno de Javier Milei.

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    En este contexto se desenvuelve la discusión sobre si es necesaria una marcha unitaria o debe mantenerse el esquema en el cuál, las organizaciones ligadas al peronismo marchan por un lado y a la izquierda, por el otro.

    Quién escribe cree que no hay que dividir fuerzas. La marcha debe ser lo más contundente posible y se debe enfrentar el protocolo antipiquete de Bullrich con absoluta masividad. Además, la presencia de la base peronista, cerca de las organizaciones de izquierda es algo irremplazable para que empiecen a circular debates que generen, nuevas articulaciones capaces de poner en pie alternativas sindicales y políticas superiores al estado actual de la izquierda, para poder ofrecer una salida política al Gobierno de Milei que supere tanto al peronismo con todas sus contradicciones y al carácter limitado de representación en la izquierda.

    ¿Qué pasó?

    Al momento de escribir estas líneas, la convocatoria unitaria se rompió y habrá dos marchas distintas con sus respectivos actos. Las razones se pueden sintetizar en que los acuerdos que se establecían en el acto en común no daban la oportunidad a la izquierda para denunciar la política del peronismo, en relación a varios aspectos. Además, se planteó que no se quería compartir el escenario con figuras como Máximo Kirchner y Axel Kicillof.

    No queremos entrar en esta nota en un minué de “quién empezó” primero a romper la unidad. Queremos discutir el debate de fondo. Independientemente de que estemos hablando del 24 de marzo o de cualquier otra movilización, hay que empezar por una descripción lo más objetiva de las relaciones de fuerza. El peronismo dirige a un sector muchísimo mayor de la clase obrera y los diferentes movimientos por luchas específicas que la izquierda. Tan así es, que es difícil encontrar una proporción de masividad que tiene una marcha si la convoca el peronismo o la izquierda, por poner algún ejemplo.

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    Si de lo que se trata es de que el peronismo hace poco por derrotar a Milei y que hay sectores que, como los diputados de Tucumán son directamente funcionales (ambas cosas que consideramos cierta), se debe convencer a amplios sectores de este movimiento para que vayan más allá de lo que lo están haciendo. Esto es una tarea difícil, porque justamente estos sectores confían en su dirección. Es decir, en Héctor Daer, Emilio Pérsico y Máximo Kirchner, por poner solo algunos casos. Cuando ellos le dicen que hay que esperar al paro general porque “podemos quedar como golpistas y antidemocráticos”, las personas efectivamente les creen o lo aceptan.

    ¿Por qué es importante la unidad?

    Esto es una realidad le pese a quien le pese. Si no fuese así, la conducción de todos estos sectores la tendría la izquierda, no el peronismo. Si la clave es que se trata de quitarle la representación a la conducción peronista de todos estos sectores, tenemos que demostrar que nosotros, la izquierda, somos los más consecuentes luchadores contra Milei y los mejores defensores de las reivindicaciones que se plantee cada movimiento, en este caso, los derechos humanos.

    Cualquiera sabe, que en una convocatoria cuanta más gente vaya es mejor, ¿cómo creen que nos ven estos sectores si somos nosotros los que dividimos la convocatoria, los que objetivamente la debilitamos? No me crean a mí, hagan la prueba de hablar con cualquier persona que se interese por la marcha del 24, si consideran que está bien que sea dividida en dos la convocatoria y luego traten de convencerla realmente de la política que tiene la izquierda.

    El Frente de Izquierda planteó la necesidad de poder leer un documento en el escenario que denuncie la represión de “todos los gobiernos”, así como a los que “le dan tiempo a Milei” para que nos siga ajustando. Obviamente, las organizaciones peronistas le plantearon que no tenía sentido traer a personas que el FIT iba a criticar.

    En ese momento, se planteó que no había condiciones para una convocatoria común y se empezó a gestar una marcha al mediodía convocada por los organismos más ligados al peronismo y a la tarde, con la movilización “independiente de todos los gobiernos”.

    La unidad real no es cómoda

    El planteo de unidad de acción que realizaron las vacas de la fábula de Trotsky, tiene sentido sobre la base de una amenaza real y de que las vacas de izquierda solas no pueden derrotar al matarife de Milei. Si esto no fuese así, la unidad por la unidad misma no tiene sentido. En política, las alianzas coyunturales o permanentes son motivadas por situaciones concretas.

    La unidad de acción con el peronismo, también es una unidad de acción con su dirección. Esta tiene el carácter de una unidad que contiene en su germen el enfrentamiento político. Ellos quieren absorber nuestras fuerzas militantes y prestigio y nosotros su influencia y masividad. ¿Qué unidad puede haber con quienes quieren silenciar tu voz?, preguntaba un representante de la izquierda. La unidad con un adversario político, alguien que cuando fue Gobierno te reprimió en las tomas de Guernica, por ejemplo. ¿Por qué haría unidad con organizaciones que cuando fueron gobierno me reprimieron? Fácil, porque queremos unir fuerzas para derrotar a un enemigo momentáneamente mayor.

    Basta de discusiones morales

    Hay que desterrar de este debate, los argumentos moralistas. Cuando fue el macrismo, di estas mismas discusiones para movilizar contra el entonces gobierno de Cambiemos. “Vos queres movilizarte con los asesinos de Marinos Ferreyra”, me han llegado a decir. Evidentemente que como querer, en el sentido del deseo, preferiría que la Unión Ferroviaria no sea dirigida por La Verde peronista responsable del asesinato de nuestro compañero del Partido Obrero, Mariano Ferreyra. Deseo profundamente, que La Multicolor conformada hace algunos años por todo el activismo independiente del ferrocarril dirija este gremio tan importante y que La Verde sea dejada de lado por los trabajadores.

    La realidad es que muchos de los ferroviarios que se movilicen, lo van a hacer con su sindicato, hoy dirigido por el peronismo. Si quiero que esto en algún momento cambie, ¿me tengo que alejar de ellos y marchar aparte o tengo que darles las discusiones necesarias en la propia movilización para que la próxima voten y apoyen a La Multicolor ligada a la izquierda?

    Los ferroviarios que tengan sensibilidad por la causa de los derechos humanos, ¿verán mal o bien que sea mi organización la que divida la marcha?

    Esta política fortalece al peronismo y debilita a la izquierda

    Lo más concreto de todo esto, es que esta táctica, que busca confrontar con el peronismo en realidad lo fortalece. Refuerza todos los prejuicios que buena parte del activismo tiene sobre la izquierda y aleja a mucha gente que busca la unidad para poder enfrentar a este Gobierno y que se termine lo antes posible.

    Por otro lado, desde las organizaciones del Frente de Izquierda se refirieron al problema de no poder esgrimir las críticas que consideran necesarias para abrir un debate con quienes se movilicen por parte del peronismo. La libertad de crítica en el marco de la unidad de acción no es una cuestión de acuerdos necesariamente. En el fondo, es una cuestión de correlación de fuerzas.

    Pedirle a un adversario que dirige un movimiento, que te de libertad de crítica es necesario como planteo democrático. Sin embargo, no necesariamente siempre será efectivo. Lo que garantiza que se puede tener libertad de crítica es la fuerza militante de tu organización o frente de organizaciones, como lo es el Encuentro Memoria Verdad y Justicia.

    No todo se discute en el documento

    El EMVyJ puede garantizar volantes, pasacalles y banderas común para poder instalar sus ideas de cara al conjunto de la marcha. Sin embargo, la discusión se dio sólo sobre el documento del acto. Este documento, en general no es escuchado por la enorme mayoría de la gente que concurre a la Plaza y por consiguiente, no termina siendo lo que determine el carácter de la marcha.

    Esto mismo sucede con las marchas convocadas por la CGT en las que desde la izquierda se le reclamaba un paro general. Nadie de la CGT admitía que la izquierda cante “paro general” y sea coreada por trabajadores de base de la propia CGT. Sin embargo, la cantidad de personas que movilizó las organizaciones de izquierda fueron suficientes para garantizar este mensaje. ¿Por qué no podríamos hacer lo mismo el 24 de marzo?

    Aún hay tiempo

    Además, lejos de fortalecer el espacio “independiente de todos los gobiernos”, la política del Frente de Izquierda lo está debilitando. Hay varias organizaciones y organismos de derechos humanos que no firmarán el documento escrito por el resto del EMVyJ. Esto es en respuesta a la división de la marcha generada por las organizaciones ligadas al Frente de Izquierda.

    Esta política que consideramos un error todavía puede revertirse. Si hay voluntad política de derrotar a Milei y se entiende que realizar una convocatoria lo más masiva posible va en camino a esto, aún hay posibilidad de mantener una convocatoria única. Es en ese sentido que aportamos esta nota para el debate.

     

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