Miles de personas, pancartas, banderas, discursos estridentes y siete letras que estaban presentes en todos los actos de los diferentes bloques políticos y en las voces de decenas de oradores: NO AL FMI.
Breve descripción de la situación de la clase obrera argentina
La clase obrera argentina consta de 30 millones de personas. A groso modo podemos decir que un tercio son amas de casa que trabajan en sus casas sin salario y estudiantes, un tercio son trabajadores registrados y el otro tercio son informales. De los trabajadores registrados o en blanco, la mitad están debajo de la línea de pobreza. Por otro lado, los trabajadores informales no tienen obra social, ni aportes jubilatorios y si se enferman no pueden faltar porque ese día no cobran.
Además la enorme mayoría está bajo la línea de pobreza y un sector debajo de la indigencia. De este universo de trabajadores informales, solo un millón trescientos mil cobran un plan social. Es decir, casi la misma cantidad de desocupados que no perciben ninguna ayuda del Estado, que son un millón doscientos mil.
La idea de un pueblo de planeros y vagos que intenta vender la derecha, es completamente falsa. Acá hay un pueblo trabajador que se desloma laburando en condiciones de precarización laboral, subempleo, que tiene dos y hasta tres trabajos.
Los anuncios políticos de recorte o restricciones para cobrar las ayudas sociales son solo campañas marketineras que alimentan el resentimiento social que, ante la frustración que se vive frente a esta situación económica, culpa a quién tiene al lado, en vez de quienes se encuentran arriba, recibiendo las mieles de la concentración económica.
Este proceso de empobrecimiento de las clase obrera argentina tiene décadas, pero el presente gobierno del Frente de Todos lejos de cumplir sus promesas de “terminar con el ajuste” y “la heladera llena”, acentuó este proceso acelerado por la pandemia y de la mano del acuerdo con el FMI.
El Primero de Mayo, los Primero de Mayo
Son años de ajustes los que hicieron que este Primero de Mayo, miles de personas se movilizaron en la Ciudad de Buenos Aires y en todo el país. La consigna principal que se veía en banderas, documentos y pancartas era de rechazo al Fondo Monetario y su plan de austeridad.
Sobre el último discurso de CFK: Si la historia es circular, es hora de cambiarla
La mayoría de las organizaciones que coparon las calles en todo el país son parte del Gobierno y eso adquiere una doble importancia en este, que es un año electoral. El primero fue de la CTA y la Central de los Trabajadores de la Economía Popular. Al otro día, el dos de mayo, la CGT hizo un acto cerrado en Ferro, en el que advirtieron al FMI que debe relajar las metas e invitaron a Sergio Massa quién finalmente no pudo ir porque viajó a Brasil a tratar acuerdos comerciales con la administración de Lula Da Silva.
Estas manifestaciones y actos organizados por la direcciones del movimiento obrero y los movimientos sociales oficialistas, ¿son un genuino acto de oposición a una lamentable situación de la clase trabajadora o tienen que ver con pelear lugares en las listas del Frente de Todos?
Bueno, probablemente tenga algo de combinación en diferentes proporciones de estas dos posibilidades. Las bases que están lejos de tener ningún cargo y que experimentan el creciente deterioro de sus condiciones de vida son una cosa y las cúpulas son otras. Por otro lado, la CTA en general tiene posiciones a la izquierda en relación a la CGT. La CTA no invitó a Massa, el aplicador número uno del ajuste en el Gobierno, a hablar en su acto.
A metros de esto, se encontraba el Acto del Frente de Izquierda. Un acto grande con algunas representaciones sindicales y estudiantiles, una gran delegación piquetera y una nutrida militancia construida durante años de paciente acumulación.
Este acto escenificó que la izquierda tiene una parte minoritaria pero real de la presentación política de este país pero también advirtió que había poco debate sobre cómo ganar a los defraudados de la base del Frente de Todos. De cómo traer a la Plaza de Mayo a quienes estaban con la CTA en la 9 de Julio.
Audacia y unidad
Resistencia Socialista y Opinión Socialista, fueron al acto del Frente de Izquierda para conversar con los militantes del FITU de esa perspectiva, la de poner en pie una jornada unitaria contra el FMI para que se tengan que suspender todos los pagos y la clase trabajadora pueda evitar en parte los continuo ataques que sufren los trabajadores y empezar a recomponer su situación.
Entendemos que en una situación tan delicada de la clase trabajadora es cuándo más hay que juntarse para luchar con todos los sectores que estén dispuestos a hacerlo. Además, si la izquierda quiere cumplir un papel de dirección entre las organizaciones y activistas que, siendo todavía parte del Frente de Todos, están cuestionando al Gobierno, debe tener propuestas de acción para ellos.