Este miércoles 14 de agosto se convoca a un gran paro docente y movilización frente al Congreso contra la Ley que declara la “esencialidad” de la educación y limita el derecho de huelga.
Contexto
En los últimos días se vienen desarrollando paros y planes de lucha en numerosas provincias como Neuquén, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Chubut y Jujuy. A esto debemos sumarle el masivo paro de docentes universitarios realizado en UBA el lunes 12 de agosto y la infatigable lucha que vienen dando hace meses los docentes y estatales en Misiones.
El gobierno nacional viene llevando adelante un brutal ataque contra los trabajadores, dentro de los cuales los docentes son uno de sus principales blancos. En marzo eliminó el Fondo de Incentivo Docente (FONID) recortando el salario docente. Luego buscó recortar drásticamente el presupuesto universitario y no fue sino gracias a una multitudinaria movilización popular que se vio obligado a negociar con las universidades.
Recientemente el gobierno volvió a aumentar el boleto de colectivo. Esto afecta directamente a los docentes que dbene tomar el trasporte público para ir a trabajar mientras que su salario permanece congelado hace meses siendo comido por la inflación.
El proyecto de “esencialidad” de la Educación y la limitación del derecho de huelga
El sábado 10 se realizó en Rosario un encuentro de la coordinación nacional de gremios, seccionales y agrupaciones docentes. Ahí se acordó reclamar a CTERA, a los gremios provinciales y a las centrales nacionales un paro y movilización para el miércoles 14 de agosto, día en que se trata en el Congreso el proyecto de Ley de declarar “esencial” la educación, con el objeto de impedir el derecho de huelga.
La convocatoria, firmada por entidades gremiales de más de 16 provincias, afirma que el día 14 legisladores
No discutirán cómo resolver los problemas de las escuelas, los salarios de docentes o las necesidades de estudiantes. Solo pretenden impedir el derecho a huelga para despejar el camino para profundizar su ajuste contra la educación.
El proyecto de ley plantea que en caso de medidas de fuerza, se debe garantizar la apertura de las escuelas el primer día de conflicto con el 35 % del personal, y desde el segundo con el 50%. Además le da la potestad a los directivos para establecer quienes deben cumplir esa medida. También establece que se deben cumplir todos los días del calendario escolar, sin importar el motivo de cierre de las escuelas.
En nuestro país los servicios esenciales están determinados por el Decreto 843/2000 del Ministerio de Justicia de la Nación. Este, a su vez, se ajusta a lo establecido por el Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo. La OIT considera como servicios esenciales sólo a “aquellos cuya interrupción pudiera poner en peligro la vida, la seguridad o la salud de las personas en toda o en parte de la población.” Estos son los hospitalarios, los telefónicos, las distribución de agua potable y de energía eléctrica, así como el tráfico aéreo. Claramente la educación no entra en esta definición de servicio esencial.
La pasividad de los gremios
Mientras llegan cientos de mandatos de escuelas firmados por miles de docentes piden paro con movilización SUTEBA, a nivel provincial, y CTERA, a nivel nacional, hacen la vista gorda y simplemente convocan a movilización con constancia gremial. Baradel se reúne con otros dirigentes burocráticos en Corrientes mientras las bases le están exigiendo al sindicato una reacción contundente contra la inminente amenaza de perder nuestros derechos laborales y constitucionales más básicos.
La conducción celeste viene dejando pasar con su inacción graves ataques contra los trabajadores y sus métodos de organización burocráticos no ayudan mucho. En lo que va del año no han llamado a una sola Asamblea, solo a una reunión de delegados en la que no se realizaron actas de los discutido. Tanto en esta ocasión, como en la del pasado 12 de junio se han movilizado con constancia gremial para quienes marchen en su columna, negándose a llamar a un paro que pueda salírseles de las manos.
Si hablamos con los docentes veremos que se encuentran agotados por las excesivas horas de trabajo para un salario que cada día vale menos. Trabajan en escuelas destruidas por la falta de presupuesto en infraestructura y teniendo que luchar contra la corriente para evitar un degradamiento aún mayor de la calidad educativa.
Ante todo estos se sienten defraudados por conducciones sindicales que no escuchan sus problemas y sólo miran por intereses electorales. La única salida es organizar asambleas por escuelas, respetar la democracia de las bases a la hora de pensar medidas de lucha y fortalecer el diálogo de los docentes con los padres y la comunidad.