La renuncia de Pablo Moyano profundiza las tensiones entre los sectores dialoguistas y combativos de la CGT, reflejando posturas opuestas frente al gobierno de Javier Milei. El anuncio de que no habrá paro general en diciembre parece ser la gota que derramó el vaso.
El sindicalismo argentino enfrenta un escenario de fuerte tensión interna tras la renuncia de Pablo Moyano a su puesto en la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT). El dirigente de Camioneros oficializó su decisión a través de una carta breve dirigida al Consejo Directivo de la central obrera, en la que argumenta que sus diferencias con las decisiones de la “mesa chica” lo llevaron a este desenlace.
La noticia tuvo un fuerte impacto dentro y fuera de la CGT, donde las tensiones entre los sectores “dialoguistas” y los más confrontativos se habían intensificado en las últimas semanas. La semana pasada, Pablo Moyano había anticipado que se estaba pensando en realizar “un nuevo paro general”, para enfrentar las políticas de ajuste del Gobierno, iniciativa que fue desactivada por la cúpula.
Mientras tanto, Hugo Moyano, líder histórico de Camioneros, ya está trabajando en la designación de un reemplazo para mantener la representación de su sindicato en la conducción de la central sindical.
La relación entre Pablo Moyano y el ala moderada de la CGT venía deteriorándose desde hace tiempo. Estas tensiones se agudizaron tras una reunión reciente de la mesa chica cegetista, celebrada en la sede de UPCN, a la que Moyano no fue invitado. En ese encuentro, los dirigentes resolvieron evitar cualquier medida de fuerza contra el Gobierno al menos hasta 2025, priorizando el diálogo tripartito con la Casa Rosada y los empresarios.
En contraste, Pablo Moyano había anunciado horas antes que se estaba organizando un paro nacional para diciembre en rechazo a las políticas del gobierno de Javier Milei. Según él, esta protesta podría incluir una gran movilización con la participación de sindicatos y movimientos sociales. Este desacuerdo fue el detonante final de su renuncia, marcando un punto de quiebre entre su postura combativa y la estrategia más conciliadora del sector moderado.
Con la salida de Pablo Moyano, Camioneros deberá designar a un nuevo representante en la conducción de la CGT. Todo apunta a que Omar Pérez, actual secretario de Políticas de Transporte del sindicato y persona de confianza de Hugo Moyano, asumirá ese rol. Este movimiento asegura la continuidad de la presencia de Camioneros en la central obrera, pero también refuerza la inclinación dialoguista que ahora domina la CGT.
El liderazgo de Hugo Moyano dentro del sindicato sigue siendo determinante. Sin embargo, el distanciamiento público entre padre e hijo se ha hecho más evidente, lo que plantea interrogantes sobre cómo impactará esta fractura en la dinámica interna del gremio.
Un Clima de Divisiones en el Sindicalismo
La salida de Pablo Moyano no es un hecho aislado. En octubre, Mario Manrique, dirigente del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) y aliado de Moyano, también renunció a su puesto en la CGT. Aunque en su carta no mencionó críticas directas, se especula que su alejamiento también estuvo motivado por las diferencias con el sector dialoguista.
Mientras tanto, los gremios cercanos a Moyano, como los del transporte y la energía, avanzan en la organización de medidas de fuerza conjuntas. Recientemente, representantes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y del sector energético discutieron la posibilidad de un paro nacional con movilización para el 5 de diciembre. Estas acciones buscan marcar una posición firme frente al gobierno y contrastan con la estrategia dialoguista liderada por figuras como Héctor Daer y Gerardo Martínez.
El sector moderado de la CGT, que opta por mantener una tregua con el Gobierno, también ha dado pasos concretos en su enfoque negociador. Recientemente, representantes de este grupo participaron en una reunión convocada por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para discutir cambios en el sistema de riesgos laborales junto a empresarios del denominado “Grupo de los 6”. Esta línea busca consolidar un escenario de estabilidad en el ámbito laboral, algo que Pablo Moyano ha criticado abiertamente.
El distanciamiento dentro de la propia familia Moyano también quedó reflejado en esta dinámica. Hugo Antonio Moyano, otro de los hijos del líder camionero, participó en dicha reunión como miembro de la delegación cegetista, lo que muchos interpretaron como un mensaje claro de Hugo Moyano para diferenciarse de las posturas de su hijo Pablo.
Algunos analistas sugieren que su cercanía con Cristina Kirchner y su rol dentro del Partido Justicialista podrían posicionarlo como candidato a diputado nacional en las elecciones legislativas de 2025. Este movimiento lo alejaría del ámbito sindical y lo acercaría a un rol más político, consolidando su influencia en un nuevo escenario.