El número proviene de un cálculo con datos del propio Gobierno. En junio de 2024 se realizó una movilización contra la Ley Bases, con características muy similares en cantidad de gente y represión a la del pasado miércoles 12 de marzo.
El Gobierno, a través de la página oficial del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, comunicó que el costo del operativo fue de 130 millones de pesos. El objetivo de difundir estos números era poder cobrárselo a las organizaciones convocantes a la marcha.
En un cálculo simple, con una inflación acumulada de 23,2% de junio a febrero, que son las cifras publicadas, el valor es de 160.160.000 pesos. Si a este número lo dividimos por 350.000 pesos, que es lo que cobra un jubilado que percibe la mínima, el resultado es 457,6.

Esta no fue la única represión, y los “destrozos” de los que habla el Gobierno tienen mucho olor a servicios de inteligencia. El patrullero que dejaron abierto para ser prendido fuego, los tirapiedras que se cruzaban a las filas de la policía y los volantes apócrifos del Frente de Izquierda para generar caos ponen en duda cuánto de esos 414 millones de pesos no son “destrozos” generados por el propio Gobierno.
Con esto queremos decir que el accionar de Patricia Bullrich fue el principal responsable de todo el gasto del dinero público, “con la nuestra”, para afrontar la marcha de jubilados e hinchas.
¿Por qué gastan en gas pimienta y no en remedios?
Teniendo en cuenta que hay marchas todos los miércoles y que siempre hay operativos de las distintas fuerzas de seguridad, ¿no sería más inteligente utilizar ese dinero para hacer política y descomprimir la bronca de los jubilados, comprando remedios y comida, por ejemplo?
Evidentemente, para el Gobierno de Javier Milei y el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, este tipo de gastos son una suerte de “inversión”.
Sin el ajuste a los jubilados, no hubiese existido “el ajuste más grande de la historia”, con una reducción del déficit fiscal del 5%.
Sin este ajuste, no hay estabilidad macroeconómica, ni acuerdo con el Fondo y, por lo tanto, no hubiesen existido las condiciones de posibilidad de pisar el dólar y frenar la inflación. Finalmente, todo termina estando relacionado.

La criminalización de la protesta social por parte de Milei y Bullrich y el despeje de la calle de toda movilización opositora son parte central del plan económico. En palabras del presidente, “sin la batalla cultural, no hay plan económico”.
Obviamente, parte de la batalla es contra aquellos que “buscan hacer un golpe de Estado”, son “kirchneristas, comunistas” o ahora “barrabravas” que en realidad están defendiendo “algún curro”.
Ahora, los que tienen un buen curro son los que le venden gases pimienta y balas de goma al Gobierno. Como viene la situación, tienen laburo asegurado todo lo que dure la gestión libertaria.